BATA vs CORBATA
De un tiempo a esta parte, existe un debate interno que ocupa un sensible porcentaje de mis pensamientos, y ese debate no es otro que la confrontación de Bata y Corbata …
Entendamos Bata, como ese elemento que viste a la mano de obra operativa, de ciencia e investigación, de carácter sanitario o de servicios profesionales varios.
Entendamos Corbata, como el elemento insignia del ámbito directivo, estratégico y de marketing moderno, así como del poder que otorga su simbolismo de jerarquía piramidal.
El poder de la corbata
Cuando estudiaba en la Facultad, era habitual, que en el 2º o 3er año de carrera, surgieran prácticas en empresas o entidades financieras que ofrecían puestos juniors a quienes estuvieran dispuestos a compaginar una media jornada de su tiempo, con sumar un mínimo de experiencia indispensable y muy requerido cuando se finalizaban los estudios.
Para estos puestos, uno de los requisitos era la presencia del candidato, por lo que el traje y la corbata, eran elementos indispensables. En la mayoría de ocasiones, el puesto a ocupar era en jornada matinal, por lo que dejaba libre la tarde, para acudir a las clases que finalizaban a las 22:00.
Entre una cosa y la otra, el tiempo justo y necesario para comer algo y dirigirte a tu primera clase a las 16:00 de la tarde.
No importaba que fuera Diciembre o Mayo: chaqueta de corte a medida, corbata bien anudada al cuello, pantalón con la línea bien marcada y completamente perfilado como una pluma estilográfica de firma suiza. Era algo muy comentado:
– “… Pero quítate la corbata Javi …”
– ” … Mmm.. noo ,, estoy bien así … “
– ” … Pero si estás más morado que una lombarda …”
Desde una edad casi juvenil, nos enseñan lo que hay detrás de una corbata.
Seguramente un puesto de ocupación media (si no alta), una responsabilidad, una formación, un cargo para el que has sido ‘el candidato’ tras un proceso de selección en el que TÚ fuiste el elegido … quizá con todo ello, un salario digno (o quizá no, da igual), porque lo que te confiere la corbata, es una imagen, un caché, un prestigio diferencial…
Van pasando los años y la imagen es algo que ha ido cogiendo aún si cabe mas fuerza. Quizá el fondo sea diferente a la forma, pero ¡ayyy la forma!,, la forma es la que deslumbra … Quizá el contenido vaya por otro lado, pero el continente ¡fascina! … Quizá todos lo sepan, pero nos gusta ocultarnos tras el poder de la corbata.
El poder de la bata
Cuando hablamos de bata, seguramente se nos viene a la cabeza la imagen de un doctor o algún tipo de científico. Un doctor, que posiblemente también lleve corbata … (y es que no tengo nada en contra de las corbatas, todo lo contrario, más bien tengo reticencia al simbolismo que para algunos representa ese trozo de tela con diferente tipología de nudo).
Bata que también llevan algunos científicos como digo o profesores, maestros, mecánicos e incluso personas que prestan su ocupación en el servicio de limpieza.
Este último grupo, lo conozco muy bien, y os voy a contar algo, que desde hace un tiempo ha ido apareciendo por mi cabeza.
Llevo casi 12 años en una empresa de multiservicios en el que la principal marca del grupo, se dedica a la limpieza y desinfección de equipamientos públicos. Entre su extensa plantilla, la diversidad es uno de sus estandartes.
Personas con formación profesional, gente reconvertida tras años en otro ámbito ocupacional, gente joven, gente mayor, diferentes culturas, regiones y condición ,,,, Es curioso, pero al terminar su jornada ninguno de estos trabajadores sigue vistiendo “su bata” para ir a comprar al super, o a clase o a hacer cualquier otra actividad. ¿Es posible que no se sienta el mismo prestigio con este atuendo, que con un traje y corbata?. ¿Vuelve a importar más el envase que el contenido?
En estos años, he conocido a ambos grupos desde dentro. Gente con corbata y también gente con bata. Ni pretendo, ni voy a generalizar sobre ninguno de los dos grupos, dado que he vestido bata y colgado corbata.
No obstante, sí manifestaré abierta y críticamente, que a nivel socio cultural, se nos ha instaurado una imagen de unos y otros, que encasilla muchas creencias y valores, los cuales suelen despertar normalmente tarde.
No es nada malo (todo lo contrario) querer formarse y crecer profesionalmente en el ámbito de la empresa. Dedicamos una “pila” de años a ello, en el que la constancia y el esfuerzo suelen tener su recompensa (aunque no siempre es así).
Avanzamos dentro de un aprendizaje y crecimientos continuos, a través de los que todos quieren obtener un reconocimiento, más dinero y un cargo de mayor responsabilidad, y repito, esto no es malo ,,,, sin embargo, damos alimento a algo escondido, que crece a nivel interno, sin ni siquiera saberlo en muchas ocasiones: El Ego Profesional.
¿Alguna vez te han preguntado qué querías ser, si cabeza de Ratón o cola de León?
Ser cola de León, significa barnizar el continente y pertenecer a un gran grupo de prestigio, en el que tus labores serán “una más” en la disposición y prestación absoluta hacia para tu empresa. Horas dedicadas, viajes, visitas semanales a la tintorería para recoger tu traje y tus corbatas .. Pierdes tiempo libre pero ganas otras cosas. ¿Reconocimientos?, Sí, obvio. Dinero y posición corporativa.
Ser cabeza de Ratón, es regar el contenido, dirigir tus propias estrategias y ser acorde a tus principios o valores más profundos.
¿Reconocimientos?. Claro, los que tú mismo te otorgas y con los que vas a vivir cada día de tu vida.
Esto tiene un nombre claro, que una vez acuñó un bueno amigo: Calidad de vida.
Sí, lo sé… Los corporativistas mas puristas (tas tas …) me dirán que soy un ventajista y un oportunista (ista ista …) porque es muy bonito vender el humo de las ilusiones y las fantasías de vivir haciendo lo que nos gusta, pero que el transcurrir de la vida real circula por otro camino, y aquel que ha dedicado su primer cuarto de siglo vital a estudiar, merece desarrollarse profesionalmente hasta lo más alto que se le permita o le confieran en la organización, dados sus atributos académicos.
Es difícil renunciar a ser cola de león, ya que vivimos en la era de la imagen, la publicidad y el reconocimiento social y profesional (véase lo que son las Redes Sociales), y ser cola de león, muchas veces, es pertenecer al grupo ganador (pese a no tener ni un minuto de participación o decisión). Todos hemos sido en algún momento de nuestra vida cabeza de ratón y también cola de león, siendo muy probable que tras el paso por uno u otro, hayamos hecho nuestras propias valoraciones y sacado nuestras conclusiones, sobre las experiencias vividas.
Es importante que esas conclusiones, nos hagan crecer la sinceridad con nosotros mismos.
Voy a terminar esta entrada, con un ejemplo actual, dada la situación mundial en la que nos encontramos.
Hace algunos años, tomando una cerveza (sin alcohol, ¿eh? …) un domingo por la tarde con unos amigos en la terraza de un bar, uno de ellos bromeó con un vacile simpático sobre el seminario en el que iba a participar la semana entrante:
-“… Esta semana, ¿dónde vas a vender humo, Nano?…”
(Risas de todos nosotros, yo incluido, solo faltaría)
-“…Pues tengo un seminario entre otras formaciones. ¿Tú que tienes esta semana?…”
-“… Pues mañana tengo que coger el puente aéreo a Madrid, tengo que ir a ver a un cliente muy importante …”
– ” … O sea, que te levantarás a las 5 de la mañana para ir como un pincel, en el “autobús con alas”, junto a otros 120 encorbatados para hablarle de algún producto o idea a un señor, que no conoces de nada, pero al que sonreirás de principio a fin, con tal de que te firme una hojita de conformidad, para que tu jefe te otorgue un reconocimiento puramente verbal (en el mejor de los casos social) y quizá un bonus del 1% a cobrar a final de año? … Joe, si que te sale caro y trabajado el humo que vendes …”.
– “… Mmmm… ahhmm… ya, bueno, no sé…”
(Quizá me excedí un poco con él ¿no? XD ,,, era más joven e más impetuoso, pero la comparativa venía al pelo).
Toda posición es respetable y necesaria, tanto la de la Bata, como la de la Corbata.
Se necesitan directrices, responsables y personas con capacidad de mando, pero también gente que produzca, sirva, investigue, forme y limpie.
Vivimos en un momento de transición social, económica y demográfica en pleno COVID-19, donde todo esto debería adquirir una importancia capital y donde el poder de la Bata debería generar un revuelo cultural.
Salimos a aplaudir a nuestros balcones a las 20:00h, pero nadie lucha por la defensa de unos derechos de estos sanitarios cuando y dónde toca (en un congreso quizá). Nos llenamos la boca con el gol de Iniesta en 2010 y sacamos pecho del juego y sentir español, pero nadie piensa en la necesidad de los recursos que claman desde hace años el campo de la Ciencia y la investigación.
Gente perfectamente cualificada, que no tiene ni un 5% del presupuesto que necesitarían para trabajar en una posible vacuna que te salve la vida …
Gente como maestros (en peligro de extinción) convertidos en profesores de formación (que no de vocación), dispuestos a gozar de los privilegios que otorga el sistema educativo y de semi funcionariado, pero renegantes de obligaciones que han ido surgiendo por razones diversas.
Hartos de nuestros políticos con corbata, cansados de los directivos de sistemas financieros/bancarios y entidades que acogen con brazos abiertos a los primeros tras su retirada del mundo de la farándula del poder gubernamental, agotados de la preocupación que siempre arroja un sistema capitalista que se queja cuando “sufre” recesiones, pero que se auto complace en los momentos de expansión, (sistema al que TODOS pertenecemos, no podemos negarlo), es momento de darle no sólo el reconocimiento, si no también la importancia al mundo de la bata.
Médicos, limpiador@s, maestros y otros ámbitos que visten con este noble y poco reconocido batín.
Si tras todo lo que hemos vivido y estamos viviendo, no dedicamos al menos el triple de esfuerzos al sector de la medicina, los servicios y la ciencia,,, no será que no tengamos capacidad de decisión, es que directamente mereceremos la extinción.
Activador Emocional
Formador de Habilidades Sociales
y Deportista de Carreras por Montaña
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