NUESTRA ZONA ZERO
Todos necesitamos tener un lugar en el que poder REFUGIArnos, evadirnos, escaparnos e incluso recluirnos del mundanal ruido y el gentío del que nos envolvemos a diario.
Ese lugar, tiene nombre, «nuestra Zona Zero».
Refugi «El Rebost» – Parc Natural del Cadí-Moixerò (Cavalls del Vent)
Hace tan sólo 5 años que comencé a disfrutar (de una manera más regular), corriendo por altas montañas del Pirineo Catalán, y entre esas montañas está el Parc Natural del Cadí-Moixerò, también conocido como Pre Pirineu.
De entre muchos de los caminos, senderos, pistas y aristas que unen estas montañas, hay un «trazado especial» que recorre todo el parque de forma circular durante 80 km’s y 11.600 metros acumulados de desnivel, pasando por 8 refugios de alta montaña. Este recorrido no es otro que la conocida ruta de «Cavalls del Vent«.
Nacida en 2003, la idea era marcar un trazado de alta montaña uniendo sus refugios, como ya había hecho en su momento otra fantástica ruta no muy lejos de allí. Carros de Foc en el Parc Nacional d’Aigüestortes.
La primera vez que recorrí esta fantástica senda de banderas tibetanas, a penas hacía año y medio que había colgado las botas del deporte rey.
Desde que me regalaron mi primer balón de fútbol, habían transcurrido 30 años ligado a un deporte con el que seguramente disfruté como nunca, con tardes que se hacían noches en el campo de fútbol del barrio, viajes con compañeros de equipo, mañanas de fútbol formativo y un sin fin de recuerdos que comenzaban a dar paso a otro deporte que ha ido «in crescendo» en mi vida, hasta el día de hoy.
Desde aquella mañana, en la que comencé a recorrer la Cavalls del vent, supe que este enclave pirenaico, guardaba algo especial y estaba convencido que no sería la última vez que vendría a disfrutar de él. Fueron 3 días intensos para completar este trazado.
La última noche, tuve la fortuna de conocer un lugar en el que me acogerían de fábula y el que a la postre, se iba a convertir en Mi Zona Zero:
Refugi El Rebost, guardado por Anna Mañach i Cinto Vilà.
NUESTRA ZONA ZERO (ZZ)
Nuestra Zona Zero, es aquel lugar en el que nuestros contadores emocionales se ponen a Zero. Es un sitio, en el que los problemas personales han de poner el modo «pause» y donde se da tregua al nudo que tienes en el pecho, el cual hay noches que presiona más de lo recomendado.
Este lugar, te da lo que necesitas, aire, oxígeno, H2O a raudales para renovar las toxinas que están incordiándote sin descanso en tu «Zona de Confort«.
Cuando hablamos de la importancia de la Zona Zero, hablamos de un lugar en el que te sientes bien acogido, feliz y donde además puedes mostrarte tal y como eres, sin tapujos, sin pudores…
En mi caso es un Refugio de alta montaña, pero puede ser una playa, puede ser un pueblo o ciudad natal, puede ser un punto concreto de la ciudad o un lugar que hace que las cosas se pongan en su sitio, aunque sea durante unas horas.
Esa ZZ suele coincidir en tiempo y espacio, con un punto de inflexión de tu vida, en el cual experimentaste un crecimiento personal y emocional que te llevó a nuevas etapas o ciclos vitales de tu existencia.
Este recuerdo vital, queda grabado a fuego en tu memoria de largo plazo y hace que cada vez que te sientas perdid@, puedas «volver a tu ZZ» para recargar esos depósitos emocionales, y así poder reconstruirte de nuevo.
En nuestra adolescencia, el «cambio» que solemos experimentar suele coincidir con un campamento de verano, agostos de verbenas, bici y chapuzones en el río del pueblo de tus padres e incluso más recientemente, con un intercambio cultural con otro país, para aprender su idioma.
Son lugares y momentos que marcaron nuestra infancia y adolescencia y en nuestra edad adulta, redescubrimos nuevas ZZ que nos ayudan a reencontrarnos con nuestro YO más sincero.
Ese lugar, ha de ser un sitio en el que nada más llegar, los pelos se te ponen de punta, se te erizan desde sus poros, igual que le pasa a Meru cada vez que pisa el jardín del Rebost 🙂
NUESTRO YO
Recientemente hablamos de la sinceridad con uno mismo y de su importancia a la hora de salvaguardar nuestro estado emocional.
Pues bien, no es raro que podamos perder cierto equilibrio de nuestro YO más profundo, debido a impactos emocionales que te hacen dudar o cuestionar ciertas cosas o decisiones. Son «terremetos» de diferente magnitud y que hacen que nuestros cimientos, se muevan y agiten.
Somos humanos y no robots, por lo que a veces hay que «alinear» los cartuchos que regulan nuestro hemisferio cerebral derecho y volverlos a equilibrar.
Recordamos que nuestro hemisferio cerebral derecho, es el encargado de otorgarnos motivación, ilusión, ¡emoción! a lo que hacemos, mientras que el izquierdo se encarga del terreno racional, el cual supuestamente nos diferencia del mundo animal .. (que envidia les tengo a veces,,, funcionar por instinto y dejar de lado lo lógico o socialmente aceptado).
Cuando perdemos las ganas, la ilusión o la motivación para empezar el día, esos depósitos emocionales necesitan una recarga y esa recarga la podemos obtener visitando nuestra ZZ.
A veces, pasamos tanto tiempo sin recargar nuestro hemisferio emocional, que el racional se cree con derecho a «Okupar» parte del primero y sin darnos cuenta, va eliminándonos las ilusiones o deseos que teníamos desde hacía tiempo.
Esto no tiene por que ser siempre malo, al contrario:
Hay veces que es necesario renovar ilusiones «caducas» que nos anclan sin dejarnos avanzar, y es importante que la parte racional nos de ese empujoncito para seguir creciendo.
No obstante, hay otras veces que esa usurpación del raciocionio sobre el hemisferio derecho, mata ilusiones o «esencias vitales» que no hemos sabido cuidar o mantener, ya que nadie nos ha explicado como cuidarnos emocionalmente.
Esto segundo no es extraño y suele ocurrir tras una importante desilusión, tal como el fracaso de un proyecto profesional, el fin de una relación o el adiós de un ser querido.
Sin aislarnos o recluirnos demasiado tiempo, acudir a nuestro espacio personal para recuperar nuestra esencia, es fundamental para seguir creciendo y vivir de forma equilibrada.
La esencia de una persona, su YO mas real, la Actitud con la que se identifica su campo emocional, es algo que JAMÁS se debe perder, le guste o disguste a quien le encante o lamente.
Algo que debemos tener presente y pese a los malos momentos (también necesarios en nuestro largo camino de la vida), debemos cuidar y recargar a través del generador que tenemos en nuestra Zona Zero.
Destino, Refugio emocional (ZZ)
Nano López
Activador Emocional
Formador de Habilidades Sociales
y Deportista de Carreras por Montaña