Ay miiii madreeee …. ¿y si no lo consigo, QUÉEEE?.
¿Te has hecho muchas veces esta pregunta?

Pero, ¿y si sí? … – By José Mota 🙂

 

 

Muchos son los esfuerzos que dedicamos en múltiples ocasiones con todo nuestro entusiasmo, un gran esmero y plena convicción, por tal de conseguir un objetivo, sea cual sea.

Se suele considerar que «todo esfuerzo tiene su recompensa» incluso que «quien algo quiere, algo le cuesta» o «a quien madruga …. «.
El refranero popular, está lleno de frases que transfieren ‘quintales’ de optimismo para quien se dispone a conseguir un ‘algo’ concreto. Al igual que estos dichos, tenemos a familiares cercanos, amigos, parejas que nos alientan para ir «hasta el infinito y más allá», y no siempre son/somos conscientes de aquello que pretendemos lograr.
Está muy bien ser optimista y estar convencido de poder alcanzar una meta, siempre y cuando los recursos y habilidades de los que se dispone, estén trabajados, sean óptimos y realistas.
(Véase el apartado en Comunicación FlowEmotion).

No obstante, pese a tener las habilidades y recursos suficientes, siempre puede aparecer algún contratiempo que impida conseguir aquello que pretendías, y es entonces cuándo surge algo para lo que no nos habíamos preparado antes:
«¿y si no lo consigo?».

 

Cuando fijamos nuestro interés en una meta, son diferentes las fases que debemos atravesar:

 

  1. Definición clara del objetivo o meta a alcanzar
  2. Conocer las habilidades y recursos que tengo en mi haber
  3. Ser realista y conocer tus propios límites
  4. Trabajar/Entrenar en la obtención de recursos que no tienes
  5. Trazar una línea temporal hacia tu cometido

 

 

Pero nos solemos olvidar de algo fundamental:
Perder unos minutos en «dibujar» un escenario, en el que cabe la posibilidad de NO conseguir el objetivo para el que tan bien te has preparado o sobre el que dispones de suficientes recursos o destrezas.

Poca, muy poca gente se prepara para afrontar esta posibilidad, y es de vital importancia hacerlo, ya que el objetivo tiene dos resoluciones: SÍ o NO.
Unas oposiciones, una competición deportiva, una entrevista de trabajo, una cita, una exposición oral…
El ejercicio de Asociación y Disociación emocional, puede servirnos de gran ayuda para darle «foco» a este posible escenario o situación.

¿Qué pasa si no consigo mi objetivo?
La respuesta es tan directa como inmediata: NO PASA NADA.

En tanto y cuanto hubieses preparado ese escenario, estarás mas o menos en disposición para asumir o aceptar que no lo has conseguido.
La gran mayoría de «frustraciones» o «decaimientos anímicos» tras un objetivo no logrado (nunca me gustó llamarlo fracaso), conducen a escenarios de pseudo depresión, estados de desesperanza, decrecimiento de la autoestima o de creer en uno mismo y todo esto se debe a una falta de preparación previa, en la que plasmar la posibilidad del NO, había sido de vital importancia.
Sé que no es apetecible, sé que no nos gusta si quiera pensar que pueda ocurrir, pero es emocionalmente recomendable configurar un posible resultado desfavorable con el simple y mero sentido de manejar esa situación con garantías de poder salir adelante y APRENDER de este contratiempo.
APRENDER es la palabra clave, y con ella ocurre algo fascinante y poco reconocido en situaciones de crisis, fracasos o de resultados desfavorables. Toda situación de esta índole, conlleva consigo un progreso, un aprendizaje necesario, una evolución. Es en una crisis, donde aflora lo mejor de cada persona, porque sin crisis todo viento es caricia.

 

 

 

 

De esta manera un «supuesto fracaso» es la oportunidad ÚNICA de reinventarse para hacerlo mejor, porque si siempre consiguiéramos el éxito sobre nuestros propósitos, jamás tendríamos la motivación suficiente para conseguir nuevas metas, mejorar, crecer.
Y es que a partir de la angustia, nacen las ideas más creativas, por lo que un fracaso no es otra cosa que la oportunidad para volverlo a intentar, pero con el añadido de un aprendizaje nuevo y una experiencia más sobre la que trabajar (ergo, mejores recursos y habilidades).

 

La importancia que cada persona le da a sus «no logros personales» es libre, de tal forma que varía, según su preparación mental o emocional.
Magnificar o minimizar los resultados obtenidos, se traduce en dos únicos panoramas futuros:

 

  • Frustración, depresión o desesperanza personal
  • Aprendizaje, evolución y cambio.

    ¿Tú qué eliges?

     

    Nano López
    Activador Emocional
    Formador de Habilidades Sociales
    y Deportista de Carreras por Montaña

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *