En el deporte, como en la vida, siempre queremos mejorar, y si nuestro instinto competitivo es un ‘accesorio’ que nos viene de serie, todavía coge mas fuerza esta teoría.
Es de recibo que queramos hacer las cosas bien, y no suele ser extraño que nos guste ser felicitados por terceros, una vez hemos cumplido un objetivo. Esto, refuerza nuestro estado de ánimo, y genera «buenrollismo» en nuestro entorno, pero este hábito tan frecuente, puede convertirse en algo peligroso.

Como ya he dicho, nos resulta agradable escuchar buenas palabras de alguien cercano que reconoce nuestros méritos deportivos (sean del nivel que sean), pero entre nosotros suele frecuentar una figura que denominaremos «El adulador excelso» el cual, regala tus oídos de manera continua, hasta el punto de hacerte creer cosas, que quizá no son reales, y eso, puede hacerte mucho daño.

¡¡»Eres una máquina», «Eiiii champion», «Woww, que bueno/a eres» , «Tú puedes, eres el/la mejor»!!

Toda estas expresiones, escuchadas entre amigos, trabajo, familia, nos reconfortan y a la vez, nos generan un comportamiento paralelo a la realidad, que hay que saber diferenciar.
Hoy día, el boom del Running es algo mas que constatado, y la aparición de principiantes y bienvenidos a este ejercicio tan sencillo como ponerse unas zapatillas deportivas y salir a la calle, se ha convertido en una mina de oro para miles de marcas y sus campañas de marketing.
Todas estas marcas, buscan lo mismo: Equiparte con lo más novedoso en tecnología textil, ofrecerte el más eficiente y ligero de los calzados, y dotarte de la última tecnología en dispositivos GPS con precisión barométrica (cuando seguramente el 90% de tu tiempo no superes altitudes de 1.000 metros).
¡Cuidado!, no estoy criticando como gastamos nuestro dinero, si no el comportamiento que genera, en muchos casos, el adquirir este tipo de materiales tan supuestamente profesionales.

Estamos terminando la segunda década del nuevo milenio, y existen cientos de plataformas digitales que nos acercan de una manera casi instantánea las novedades del mercado. (Ya hicimos una entrada en esta sección, en la que hablamos de las Redes Sociales).

Con estas tendencias digitales, han aparecido los conocidos ‘Influencers’.
*Influencers: Un influencer es una persona que cuenta con cierta credibilidad sobre un tema concreto, y por su presencia e influencia en redes sociales puede llegar a convertirse en un prescriptor interesante para una marca.

Los hay de muchos tipos, (microinfluencers, macroinfluencers, celebrities …) pero nos centraremos en dos.

  • Los Influencer Élites. Influencers de marcas, las cuáles esponsorizan a este deportista, y ofrecen una credibilidad amparada en sus resultados, o en su constancia y/o trabajo.
  • Los Influencer «Flipeurs». Aquellos que hoy son imagen de una marca, y pasado de otra distinta. Importan más el número de seguidores, que la credibilidad que ofrecen.

Con estos segundos, aparecen otro tipo de deportistas amateurs, los cuáles amparados en halagos de parejas, amigos y otros, se construyen una figura irreal, lejana de las cualidades o condiciones que realmente atesoran.
Equipados de pies a cabeza, se aventuran en retos que les superan desde prácticamente el momento de la inscripción, y es aquí, dónde aparecen situaciones de desmoralización, pesimismo o baja autoestima.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tenemos que saber distinguir quién es deportista de élite y está preparado para afrontar una serie de pruebas, y quienes son amateurs del deporte que sea, y deben de conocer su «Flow emotion» para trabajar desde el nivel que le corresponde.
Con la tendencia creciente del microinfluencer, esto último queda desvirtuado entre muchas personas, a través del concepto «Embajador».

Es fácil caer en la convicción de que si alguna marca te ofrece alguno de sus artículos para difundirlo en tus redes, esto te otorgue un contrato digital como «cazador de likes», y de tal forma, te confiera un tipo de apariencia social, que no se corresponda con tus cualidades principales para la práctica de ese deporte.

¿Cuál es el problema?

El problema, es que muchos de estos ‘trendingpersons’ se adentran tanto en su papel, que no saben distinguir la persona del personaje, y en muchos casos, inundan las redes con sus resúmenes de entrenamientos, carreras, récords, y peor aún, critican a reconocidos profesionales del sector, atreviéndose a juzgar las formas de competir o trabajar. ¡Impresionante!.

Nano López
Activador Emocional
Formador de Habilidades Sociales
y Deportista de Carreras por Montaña

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