XOVE COSTA TRAIL 2024
Una nueva edición de Xove Costa Trail, se abría paso en este 2024, siendo ya la 4ª participación para Inni y un servidor … (¡Como pasa el tiempo desde aquel verano de 2021 post pandemia!).
Este año, una edición especial (para mi), que trataré de narrar desde la importancia del deporte en la salud mental (y viceversa), no sólo en el atleta profesional, si no en cualquier persona, popular o aficionada a este u otros deportes.
La salud mental, es algo que en los últimos tiempos ha cogido fuerza gracias a la revelación de algunos reconocidos deportistas de máximo nivel, tales como Simone Biles, Ricky Rubio, Zuhaitz Gurrutxaga, Ferran Torres, Michael Phelps, Bojan Krikc y muchos otros que han hablado abiertamente de la importancia de acudir a un psicólogo/a no sólo deportiv@, si no de especialización en trastornos de ansiedad.
En mi caso, la ansiedad se hizo presente de forma consciente, hace justo un año, y fue agudizándose durante este pasado otoño, hasta el punto de generarme situaciones de agorafobia en carrera, dificultad en la respiración, aparentes taquicardias y un agobio bastante tenso en momentos puntuales.
Tras sucedérseme en dias consecutivos durante el comienzo del invierno, decidí acudir a un psicólogo especialista en ansiedad:
Alex Didoni (Centre Didoni).
Con él, comencé a aceptar y gestionar estas situaciones, las cuáles empezaban a generarme episodios bastante desconcertantes en mi día a día, hasta el punto de creer que estaba volviéndome loco o que podría estar padeciendo o desarrollando alguna enfermedad, la cuál me alteraba mi biorritmo básico de funcionamiento diario (físico y lógico). No sólo sufría estos síntomas, sino que además, no sabía identificar ni ponerle nombre, causa, motivo, ni razonamiento alguno, y eso si cabe, me hacía desesperar aún más.
Como digo, uno de los signos más evidentes en la ansiedad, es la dificultad para respirar profundamente (nudo en el pecho), con atisbos a creer padecer taquicardias, y sobretodo (y para mi lo peor con diferencia), la aparición de una profunda despersonalización o disociación cognitiva de uno mismo,,, es decir, imaginaos estar en «Matrix» y que el «sentir de tu presencia sensitiva» se desvanezca en un profundo agujero negro … Es decir, angustia absoluta.
Pues bien, con este cuadro (que suena tremendamente terrible, pero que en el fondo tampoco es para tanto XD XD …) nos presentamos en Xove con nuestros perrucos (Meru, Moussie y L’Aüt) para sentar base o campamento desde el viernes, gracias una vez más a la amabilidad y hospitalidad de Oscar, Beni y todo el equipo de carrera de Xove Costa Trail.
El domingo, arrancaba una nueva edición de esta prueba que nos tiene enamorados tanto a Inni como a mi, y que para este 2024 se antojaba o preveía bajo un manto de agua (el cuál en Galícia, están hartamente acostumbrados pero que para nosotros, viniendo de secano, se presentaba como algo inquietante, «aventuresco» y hasta intrépido).
Finalment, la mañana del domingo, amaneció con ligeras nubes pero sin amenaza de lluvia. Lluvia que sí hizo acto de presencia toda la tarde anterior y parte de la noche.
La salida, desde el alto de la Praia de Esteiro.
La meta, en el pabellón de Xove.
Por delante, 26 km’s y unos poco más de 2.000 metros de desnivel acumulado.
Para ello, íbamos a desplazarnos desde este punto de meta, hasta el inicio de carrera. Hora, las 9:00.
Ya en el autobús, hizo acto de aparición el fantasma de la ansiedad .. No avisa, no tiene una causalidad, ni lógica alguna, simplemente, aparece y te azota a su antojo …
Las sensaciones, las ya citadas anteriormente .. Angustia, cierta despersonalización y las más físicas (dificultad respiratoria y sensación de taquicardia) … Aceptación, diálogo interno y asimilar que hay que avanzar con ella.
Junto a Inni, paso unos 10′ en el autobús de los 20 que duraba el trayecto, con una tensión inquieta de esas que hace años tenías en la previa de saber la nota de un importante examen, pero con la idea de que en un rato, no estaré en la cafetería de la uni, si no en la línea de salida de una carrera de montaña de 26 km’s bien rápidos …
Ya en Esteiro, bajamos del autobús y siento un cierto alivio. Calentamos un poco y nos preparamos para iniciar esta prueba, que no sabemos en qué medida nos dejará disfrutar y en que porcentaje nos hará sufrir.
Caras conocidas de otras ediciones. Algo de «charloteo» y alguna sonrisa para aliviar tensiones … Nos preparamos, ya no hay marcha atrás y esto está a punto de empezar.
No puedo negar no estar nervioso, pese a ser una prueba de poco renombre .. Mi lucha, no es el ganar la carrera, mi lucha será el vencer los fantasmas de la ansiedad en competición.
¡SALIDA!.
El inicio de esta carrera es súper explosivo.
Una ligera ascensión, de 150 – 200 metros, para adentrarnos en un sendero descendente y vertiginoso hacia la playa de Esteiro. En él, los «miuras» que se envalentonarían decididos a por la victoria, se lanzan aglutinando un grupo de 6 u 8 corredores. Tras ellos, voy yo, mirando de establecer una conexión entre mi mismo, la respiración y el terreno por el que piso.
Ya en esos momentos, soy consciente de que competitivamente no voy a comparecer a la batalla, y sabiendo que iré por debajo del ritmo de los que me preceden, me marco el objetivo de levantar la vista e intentar disfrutar del trazado, sin tampoco pasear ..
Este primer tercio de carrera, es muy rápido y si te excedes, puede pasarte factura en los últimos 2/3 de la misma. Cada año, suele suceder que hay quien intenta salir marcando un ritmo alto y explosivo, y «desfallece» en algún punto intermedio, ya que desde Roncadoiro el «pisteo» puede hacerse molto molto Longooo….
Los primeros 5 km’s, marcan intenciones y posiciones en esta cabeza de carrera. En mi caso, junto a dos conocidos corredores de la zona, hacemos esta primera parte embarrada por las lluvias, a un ritmo alegre pero cómodo, hasta toparnos con las sorpresas que esta edición nos tenía reservadas.
Tras la playa de Muiñelo, nos vamos distanciando unos de otros, para ir estableciendo intenciones de carrera y posiciones casi definitivas a la postre. No obstante, es muy pronto para aventurar nada.
En Punta Meitón (¡¡¡menudos acantilados y vistas al cantábrico!!!), se viene alguna novedad/sorpresa de esta edición 2024.
A «Óscar y sus secuaces», se les ocurrió abrir paso entre los arbustos y la maleza de matojo bajo, para hacernos bajar a pie de mar, por un sendero técnico que se anticipa a un «retorno» posterior, con un porcentaje de hasta 40% de inclinación (tanto en sentido descendente como ascendente) … ¡BRUTAL!… Algunos corredores echan la mano al suelo buscando algún apoyo y exclaman «pero que locura es estaaaa»,,,
El retorno a la pista, tras este «impás», da a conocer por donde transita la cabeza de carrera (con 4 o 5 corredores) y al mismo tiempo, pone de manifiesto el ritmo que este año manejaré entre zancada y zancada ….
Un punto por debajo del habitual, llevo una respiración del 60-70% de mi máximo VO y con una sensorialidad bastante presente y controlada, la cuál me permite correr, aunque sin excesos ni capacidad de poder apretar hacia «ese puntillo alegre»…
Comenzamos el camino hacia Roncadoiro. Hay alguna que otra sorpresa más, la cuál nos dibuja una sonrisa en la cara (me encantan estos senderos lanzados al precipicio, para devolverte a las aristas de una montaña o pista). O Reventón y los inventos de Óscar & Cia., XD XD XD … ¡¡Felicidades por el trabajo que hacéis!!
Este año, se abrieron estos dos nuevos «balcones» al mar cantábrico, para darle un punto salvaje a la prueba. La verdad, es que tenían su miga, entre la espectacularidad y tecnicidad, hacían que el ritmo se frenara de golpe para superar ambos tramos, y hacía que las fuerzas, se midieran de cara a la segunda parte de la carrera.
Justo después de O Reventón, llega el mítico Faro de Roncadoiro, al que accedemos por la ya mítica «roca cantábrica» y algo de cuerda. Sendero «pisado» por muchos pescadores que lo utilizan para su transitar hasta orillas del mar y lugar la pesca de excelentes piezas cantábricas.
Faro de Roncadoiro
El Faro de Roncadoiro, es el culpable de que nos encontremos cada año con la Xove Costa Trail.
El verano de 2021, cuando en época de pandemia, ya vacunados, pero aún con las restricciones pertinentes viajamos con la Furgo por Galicia, fuimos a parar una noche de Agosto a este enclave mágico de la costa de Lugo.
Al amanecer, y paseando con nuestros perros, descubrimos en un sendero que subía a un mirador, unas cintas de plástico que decían: «Xove Costa Trail» … y obviamente, la curiosidad no mató al gato, si no que erizó al zapato, e hizo que diéramos con la organización la cual amablemente, se prestó en el esfuerzo de apuntarnos a la prueba para EL DÍA SIGUIENTE …
Desde entonces, nuestro idílio con Xove, su gente, su tierra y hospitalidad de sus habitantes, hace que año tras año volvamos desde Barcelona para disputar esta prueba a orillas del mar cantábrico.
En el avituallamiento AV.1 (Km 9,800), cargamos Tailwind Nutrition y tomamos un gel 226ers. Importante hoy más que nunca, no sentirme con falta de «gasolina» o bajón de glucosa …
En este punto y a esta hora de la mañana, comienzan a agolparse los participantes de la prueba de 17km’s de la Xove Costa Trail (que salen justo de este punto). La animación por lo tanto, es muy buena y con el griterío de estos más la voz del speaker que allí se encuentra, encaramamos el sendero hacia el mirador de Nacente. En esta ascensión, se me cae el «pitorro» del bidón y vierto un cuarto de éste por la rabadilla abajo … «meeeee cagüeeeen la ….» (gajes y cosas del Trail).
Desde el mirador, podemos contemplar la belleza de su costa, los senderos que se van achicando en el horizonte y los amplios y extensos bosques de helechos. También, afinando la mirada veo a los corredores que me preceden.
Por delante, a unos 2 minutos aproximadamente y ya en la parte baja de este pequeño acantilado, Juanjo Coello (ganador de la edición 2023, y no sé si descendiente del escritor y dramaturgo XD XD …) Con él, Miguel Portal.
Mas adelante, y ya sin avistamiento alguno, se presuponen los dos corredores que van en cabeza. El incansable David Alfonso (que lleva varios años empleando la misma estrategia de salir «a fuego», pero que año si, año también le falla dicha estrategia, y aparece «deambulando» en algún punto de la prueba) y Jose Santiago. Entre ellos dos, iba a estar la disputa por la victoria final.
En mi cabeza, un único objetivo.
Los 15 km’s por delante, en los que mi único pensamiento es no «desconfigurarme» ni mental, ni físicamente. No siendo algo que dependa de mi voluntad, se antoja incoherente y surrealista si quiera pensarlo, pero al mismo tiempo, es como inevitable no hacerlo …
En lo que se refiere a lo físico, es inevitable que de forma continua me lleve la mano al pulso/pecho, para ver si voy bien: acelerado, alto, bajo … y acto seguido e casi inconscientemente, busco realizar una respiración profunda y completa. Esto significa conseguir que la caja diafragmática abra al máximo de su capacidad (como si diera la vuelta sobre sí misma). Si lo consigo, me «auto refuerzo» a mi mismo, pero si noto un tope o ‘máximo’ en esta respiración,,, meeeeccc,,,
Si sucede esto segundo, inmediatamente bajo un puntito el ritmo, ¿de forma irracional e ilógica?, seguramente sí, pero de condición necesaria para mi bienestar mental.
Sin darme cuenta, y con este ejercicio mental, veo que llego al Área arqueológica de San Tirso de Portocelo.
Tras pasar por este enclave arquitectónico y cultural, costeamos en una zona verdaderamente «toboganera» hacia la playa y puerto de Portocelo.
Este año, no cruzaremos su zona de playa o arena embalsada, ya que la marea está alta y no nos deja «correrla» (a no ser que queramos nadarla) … por lo que bordearemos por las calles de esta urbanización hasta enlazar de nuevo con la pista o camino natural de la ruta del cantábrico.
Desde esta pista, me dirijo en solitario a Punta Merixe (con la mirada echada atrás, veo a lo lejos a quien me persigue. Un joven corredor que disputa su primera Xove Costa Trail, según me comentaba unos km’s atrás donde compartimos algunos pasos).
Una vez en punta Merixe, encadeno una serie de pisteos amplios en continuos sube bajas por los preciosos bosques de Xove, hasta tocar «casi mar» por última vez, a su paso por la Praia de Sucastro.
Esta es una zona técnica que requiere de un mínimo de concentración, si no quieres acabar entre las rocas o de forma más trágica aunque improbable, en el agua.
Desde aquí, subimos por un sendero amplio hasta la Ensenada Sucastro, donde vuelvo a avistar a los corredores que preceden.
El deseo, me pide marcha y que lo intente ,,, mi cabeza y cuerpo, me lo impiden .. ¡menuda pelea interna!.
En seguida, en otro descenso precioso, llego al mirador del Lagarto, con algo de fatiga haciendo acto de presencia por primera vez,,
(la última tirada larga antes de Xove, la había hecho justo hace un mes y ¡por asfalto!. Maratón de Sevilla -_- ).
Tras el mirador, llego a punta Arxente, en el que encontramos nada más reemprender una nueva pequeña ascensión, el avituallamiento 2. (km 16)
Nueva carga de Tailwind y gel 226ers de 25 gr y 100 mg de cafeína (no nos vayamos a dormir en el tramo final). XD XD
Desde aquí, los últimos 10 km’s a meta, incluyendo la subida a antenas 🙂
Aproximadamente, unos 6-7′ por encima del tiempo habitual en esta parte del recorrido (teniendo en cuenta también las dos nuevas vías abiertas al inicio del a prueba).
El mirador de la Atalaya Gepeto, muestra a horizonte abierto la preciosidad de esta senda. En este punto topo con varios senderistas que están paseando esta mañana de domingo (cabe decir que poco soleada …. ya que daban lluvias hasta bien entrada la tarde), los cuáles me animan a grito de «vengaaa que ya falta poco» … (esa frase siempre me ha hecho gracia. ¿Que valoración se le da a «falta poco»?. ¿10km’s es poco?, bueno, en una ultra de 100 km’s si 🙂
Me dirijo (viendo en todo momento a Juanjo y Miguel), hacia los acantilados de papel, donde entraremos en una zona ‘poco atractiva’ de fábricas e industria (cruzando al lado de Pescanova), en la que sí o sí, has de tener piernas, ya que combinas asfalto con zonas amplias y despejadas.
Justo en el cruce los acantilados, un grupo de personas animando nos enseña el camino hacia el asfalto. Es la última vez que iba a ver a los corredores que iban por delante. Iban a tener más gas que yo, sin duda.
Una zona poco atractiva teniendo en cuenta de donde venimos.
En seguida, llego al puerto de Morás, en el que poco después vendría la última «sorpresita» (esta ya conocida del año anterior), justo en la Praia de cruces. Tirada de cuerda y «para arriba».
Desde allí, hacia el alto de Lago para pasar el último avituallamiento (AV 3) km 22 y disponernos a afrontar el último reto de la mañana:
El ascenso a las antenas y posterior descenso hacia Xove por el Rego de Guilán.
Galícia lleva meses acumulando agua y más agua, hasta el punto en el que la tierra ya ha dejado de «chupar» hace semanas.
El recorrido, tampoco se antojó especialmente embarrado (es tierra acostumbrada a estos aguaceros), pero en la zona de las antenas sí íbamos a encontrar algo de fango, sobretodo en la parte baja una vez descendías de las antenas.
Su ascensión, este año, se antojó menos estresante que el curso anterior (2023), ya que en la pasada edición nos juntamos aquí los 3 primeros clasificados, para pelear por la victoria final.
Llegué a ponerme el primero subiendo y coroné arriba en primera posición, pero mi «paupérrima» técnica de descenso me devolvió al 3er puesto que no tuve tiempo de recuperar por la senda del Río.
En algún tramo semi ascendente veía al 2º clasificado, pero no pude darles caza de nuevo y la prueba coronó a Juanjo como vencedor de la edición 2023. ¡Fue divertidísimo!, llegando a estar separados los 3 primeros por 20 segundos unos de otros.
Este año, con otra «cantinela», llego a esta Riera con energía mas o menos suficiente para no bajar pistón y sendear sus 4 km’s a un buen ritmo. Casi celebrando que voy a poder «completar» la prueba sin sobresaltos ni momentos de difícil gestión, lo celebro casi como una victoria personal …,, ¡Yihaaaaa!
La parte final, con algún que otro «repechillo» te envuelve con el sonido que emana de meta, con los altavoces y el speaker animando a un público entregado a cada corredor que llega a meta.
Entro en solitario, sin perseguidos ni perseguidores, en los jardines del pabellón de Xove y cruzo el arco de meta con un tiempo final de 2 horas 25 minutos y 27 segundos ,,,, 9 minutos y 40 segundos más que en la edición anterior.
La mañana, había comenzado algo torcida, pero habíamos conseguido reencauzarla con lo que más nos gusta y lo que mejor nos sienta. El deporte y las carreras por montaña.
Además, la guinda del pastel aún estaba por llegar. ¡¡¡ Inni llegaría como primera clasificada F y ganaría la «Xove Costa Trail 2024» !!! .
Otro año más, una nueva edición (y ya van 4), en la que Xove Costa Trail celebra esta carrera, que no sólo es eso, una carrera ,, es la celebración y entusiasmo de un pequeño Concello de Lugo, donde la unión y colaboración de todos sus habitantes permiten celebrar la andaina, la prueba de los Nenos, prueba en la que ves la cantidad de voluntarios que se prestan a que todo vaya sobre ruedas, su hospitalidad e ilusión al ver gente de fuera en su pequeña villa, ilusión y dedicación que se constata con ¡¡ los callos con garbanzos de meta !!, la empanada de bonito, la cerveza,,,,
¡¡¡ ES LA SATISFACCIÓN y ENTUSIAMO !!! que Óscar y su gente ponen para que cada año hagamos más de ¡¡ 2000 km’s en coche para correr una prueba de 26 !!
A mi personalmente, no se me acabarán los elogios para gente así, gente de verdad, auténtica, humilde y entregada, porque sin venir a cuento y como dije micrófono en mano una vez llegué a meta, nos sentimos como 2 habitantes más de Xove,,, porque la integración, respeto y cariño, debería ir infinitamente más allá de comunidades, países o continentes,,, porque no es tan difícil hacerlo, y en Xove ,, lo hacen muy fácil.
Hasta el año que viene y GRACIAS por todo.
Nano López
Activador Emocional
Formador de Habilidades Sociales
y Deportista de Carreras por Montaña