ULTRA SANABRIA 2022
Una nueva edición de nuestra prueba favorita, «la de casa», la de «mi tierra»,,, y este año además, campeonato de España Ultra por Federaciones Autonómicas.
En la presente edición (y ya van 6), íbamos a viajar nuevamente desde nuestra casa en Barcelona, junto mi pareja Inés Font (con la que disfrutamos cada año de esta fiesta), con los compañeros y amigos de TrailRunningReview (Aran de Mingo y Marcel Palau), con David Prades (corredor de Trangoworld, afincado en el Pirineo catalán, Font Romeu) y con dos pedazo de personas y grandes amigos, Pep Molas y Sau Domenech, que formarían pareja masculina en la modalidad Ultra.
Gracias un año más, a la colaboración de Quadis Rent a Car disfrutaríamos de un ameno viaje en una de sus furgonetas Vip de pasajeros (9 plazas).
Llegaríamos el Jueves por la tarde, como de costumbre. Sería tiempo suficiente para instalarnos en nuestro querido Hostal el Recreo (regentado por Inés y Javi), salir a estirar las piernas, recoger la bolsa del corredor (expectacular), y cenar. Tocaba descansar, ya que al día siguiente tocaría madrugar para dirigirnos como cada año hasta Escuredo, pueblecito desde donde arranca esta fantástica prueba.
ETAPA 1: ESCUREDO – SAN CIPRIÁN 32,6 KM’S (1888 + / 1875 -)
La primera etapa, es probablemente la que menos responde a la expectativa del lago salvaje. Esta crítica, la he repetido en mis crónicas año tras año y es que es porque probablemente, es una etapa que con el tiempo, desde la organización, estaría bien dar la oportunidad de cambiarla por algo más próximo al epicentro de «la fiesta», y que se acerque más al lago de Sanabria y al epicentro de la misma prueba, San Martín de Castañeda.
Con salida en un punto diferente de tu hospedaje, y llegada a un tercer punto (San Ciprián), se convierte en una etapa en la que se han de movilizar medios de transporte, traslados de voluntarios, aficionados o familiares, y difícil seguimiento (por la altura y riscos por la que circula) por parte de la organización.
Expuesta la crítica, cabe decir que la espectacularidad de, sobretodo, el primer tercio de la prueba, es digno de nombrar y destacar …
Son las 8:00, hay que calentar un poco, pasar por el control de firmas y empezar el desafío que dará cita a lo mejor del panorama nacional los próximos 3 días.
Con pistoletazo a las 8:30, y los primeros rayos del sol, abandonamos Escuredo para subir hacia el alto el Vizcodillo en tan sólo 10 km’s y elevándote hasta los 2121 metros de altura.
La salida es fulgurante, marcando posiciones, en una batalla ya conocida en la edición anterior, por Manu Merillas y Miguel Ángel Heras (que venía de realizar un 2022 excelente, ganando a todos y en toda prueba en la que daba salida). Además este año habría batalla, ya que con el catalán Julen Calvó, el joven extremeño Álvaro García «Alvarito», Roberto Heras, David Prades, Jesús Gil (campeón España Ultra), Paulo Mesquita y algún que otro «revelación», estaríamos entretenidos en las 3 etapas del campeonato de España.
En la modalidad femenina, Ohiana Kortazar sería la gran dominadora un año más, aunque este año el cartel femenino también contaba con la histórica Uxue Fraile o la incombustible Àngels Llobera.
Nuestra carrera, sería otra … El intentar batir los tiempos del año anterior, que ya habían sido muy buenos, era toda una hazaña (venía algo mejor creo en 2021). Pretender colarnos en un top10, sería muy ambicioso, pero lo intentaríamos jornada a jornada, o partido a partido ….
La salida, como cada año, contemplativa y manteniéndome en ‘mi zona de confort’, dispuesto a sufrir y disftutar el ascenso a Roca Negra previa al Vizcodillo.
Es una prueba que engaña bastante, ya que el desnivel lo haces prácticamente en los primeros 10 km’s, pero que en el transcurrir de la misma (ya en altura constante), vienen unos vaivenes «rompe piernas» que castigan y de qué manera. Es la zona del ‘maldito cortafuegos’.
No obstante, hasta llegar allí, la prueba discurre por un paraje de inmensa belleza. La conocida ya por todos como «pedriza» de ascenso al Vizcodillo, hace entonar los «ohhhhh» para los recién llegados a la prueba y que desconocen este idílico entorno del Parque Natural del Lago de Sanabria.
Para los que ya conocemos esto, manos a la obra, concentrados en pisar donde toca y no «colarnos» entre los bloques de enormes piedras de granito o yo que sé que son, ni quien las ha puesto allí, y que se antojan temiblemente ascendentes y majestuosas ante nosotros, hasta Roca Negra.
Una vez pasas «la cueva», trotas por entre un prado de brezo, ya sendeado por estas 6 ediciones ya consolidadas, para poco a poco irse asomando al Alto el Vizcodillo (2121 m), lugar en el que algunos voluntarios, valientes y forajidos te ofrecen algo de agua. Este año, las temperaturas son respetuosas con el corredor, y sin bajar de los 8-10º la disposición para la práctica de este deporte, se antoja cómoda.
Llego aquí con energía, después de haber bebido un bidón con Tailwind y haber ingerido algunas gominolas de Nando Jubany (aporte extra de glucosa). Que importante es ingerir carbohidratos, magnesios, sales y demás, para hidratar a la musculatura, que hasta aquí, prácticamente ha acumulado ya más del 70% del desnivel positivo de la prueba,,,,
Siiiiiuuuuuuhhhh!!! XD XD XD (vamos activando el imbécil que llevamos dentro y esperemos nunca nos abandone).
Una vez coronado el Alto el Vizcodillo, descendemos de manera controlada hacia la laguna de la Maliciosa. Este lugar recóndito de la sierra, es un «escondite» fascinante de naturaleza animal y salvaje. El invierno, tiene registros de temperaturas extremadamente gélidas (-25º), puesto que es la cara norte, refugiada por entre algunas montañas que la confieren como lugar inhóspito y tremendamente duro del Parque Natural.
El descenso es rápido hasta casi ‘la visera’ de la laguna, por entre un campo de brezo que como hace a penas unos km’s está sendeado de las ediciones anteriores (poco turista transita por aquí). El tramo final de caída a la laguna, es tremendamente vertical y se ha de poner máxima atención, ya que un resbalón puede ser fatal para seguir en liza.
Llego con la estrategia más que aprendida, entre los 20 primeros clasificados, entre los que está Ohiana Kortazar justo delante (como el año pasado). Junto con algún compañero de fatiga, con el que coincidiremos los días posteriores, hacemos la ‘caída’ hasta el lecho de la laguna.
El ritmo es trotón, alegre, pero sin excesos, dado que esta primera etapa tiene un tramo central bastante largo y que puede antojarse duro, si nos hemos pasado durante sus 17km’s previos.
Una vez bordeamos el 50% de la Maliciosa, remontamos hasta el prado anterior por una colina de sendero ‘zigzagueante’ de unos aproximadamente 150 metros positivos.
Es la primera ascensión (cortita) después de un descenso vertiginoso, y las piernas dan primeras muestras de que hoy, hay que picar piedra y tirar de bastón todo lo que podamos, para preservar energías para los dos días posteriores.
Los fotógrafos disparan sus flashes al paso de los corredores,,,, DEJEN PASO A LOS PAYASOS, ALLÁ VAMOS!!!
En esta edición 2022, tomé la decisión de traerme nuevamente los palos (BlackDiamond), ya que en esta primera etapa, van muy bien por eso de ahorrarnos esfuerzos en ‘paredes’ como las que nos ofrece la prueba, sobretodo al principio o también en la parte ‘alta’ y pistera de la prueba.
Ascensos cortos, pero duros. Zonas de falso llaneo ascendente, donde la ayuda de unos bastones (si sabes manejarlos bien) va muy pero que muy bien, al ser pistas anchas o zonas de obligado trote …
Una vez recuperamos estos 150 metros, seguimos ascendiendo sinuosamente hasta el alto que te permite ver la carretera del (Alto el Peñón), donde tras un descenso divertidísimo, en la que es imposible no dejarse llevar mínimante por el entusiasmo, nos aproximaremos al importante avituallamiento del km 17.
Algunos corredores abandonan aquí, dado que la exigencia de estos primeros km’s, les hace dudar si son capaces de realizar otros 17 hasta llegar a meta. Mucho, por no conocer el circuito, sorprendidos por la dureza de esta primera mitad de etapa.
Entre estos abandonos, uno muy sonado, Manuel Merillas, que tras una caída en el descenso a Maliciosa, explica el golpe sufrido en la rodilla con un esqueje o piedra saliente, inflamándosele en seguida. Teniendo la final de las GoldenSeries de Salomon 15 días más tarde, decide abandonar y recuperarse.
Nosotros, en nuestra carrera, cargamos Tailwind, tomamos un gel 226 cola y reanudamos la marcha junto a Ohiana y otro corredor vasco que allí se encuentran, dispuestos a afrontar los durísimos 7 km’s de pista o cortafuegos de la sierra, la cuál se muestra vacilante entre subidas y bajadas continuas, ligeramente tumbada hacia el lado de León, lo cuál te hace correr ciertamente incómodo …
Vídeo: Dani Sanabria (periodista, cámararunner (por lo visto) y sufridor colchonero forEver)
Un tramo como este, si no lo conoces, puede hacérsete bola … Tiene 2 o 3 sorpresas, en las que de repente te encuentras un giro de izquierdas de 90º, para subir una pared que una vez has acabado te hace bajar al camino por el que ibas …. «Ir pa na, es tontería» – como diría aquel.
Además, hay que recordar que esta «cresta» de la sierra, discurre entre los 1.700 y los 1.900 metros, por lo que rozas el correr en altura, y los poco expertos en la materia, lo acaban pagando en el tramo final de descenso.
Llegamos al último avituallamiento (Alto de Reigada), donde cargamos la última dosis de alimento (Tailwind), afrontas los últimos 300 metros de desnivel positivo hasta el Alto El Faeda, punto de control e inicio del tramo cronometrado de descenso.
El descenso:
Son 1.000 metros negativos hasta la cascada de los Vados (precioso escondite en el que perderse en verano), por el que pasaremos por 3 tramos, ligeramente diferenciados, pero igualmente exigentes:
Un primer tramo de descenso muy técnico entre piedras y ‘pizarras’ independientes de estar bien arraigadas al suelo. Brezo puntiagudo y amenazante (por incendios forestales) y una pendiente particularmente inclinada en este 1/3 desde su cima.
Un segundo tramo igualmente técnico pero «menos inclinado» y pedregoso, por el que si tienes piernas puedes trotar alegremente, a través de un sendero precioso y perfectamente abierto y sondeado ( el cuál, fue construido/creado por.un «menda lerenda», junto a Antonio Del Pozo, (el director de la prueba) y 2 o 3 paisanos más, que aquel 2018 a golpe de azada, pico y alguna rupestre herramienta más, tuvimos la buena fe y voluntad de darle vida).
Finalmente, un tramo nuevamente ‘vertical’, de paso estrecho (también creado en aquel verano) y donde las plantas de los pies están al rojo vivo cual freno de disco de un Gt competición en un circuito de carreras …
El final de este vertiginoso descenso, lo marca un salto a través de una piedra plana en mitad del riachuelo que nos acompañará hasta meta.
Comenzamos un antiguo camino de carros (se ven las marcas de ruédales, es impresionante), para irnos conduciendo por un primer tramo semi descendente y posteriormente plano y amplio, hasta la cascada de los Vados.
Allí, tiempo para refrescarse ligeramente (empieza a hacer calor) y por su pista de rio, transitar durante 2 km’s y medio hasta el pueblo de San Ciprian, meta de esta primera jornada del ULSA Campeonato de España FEDME.
Llego con las fuerzas bien gestionadas, pero obviamente cansado. Estos últimos 2 km’s se han de correr a ritmo alegre, ya que son minutos que suman al final de la carrera, y pueden ser importantes. No se nos da mal, y los hacemos a ritmo de 4’05 el km.
El tiempo en meta, llegando en 19ª posición, es de 3 horas 58 minutos 15 segundos
Una vez finalizada la etapa, colaboramos con el proyecto de comunicación audiovisual que @aerovirtualtoledo realizó de forma fantástica y excepcional junto a Televisión Española (Teledeporte (TDP)), para regalarnos un espléndido documental sobre la prueba ULSA campeonato de España FEDME por etapas.
ETAPA 2: SAN MARTÍN CASTAÑEDA – SAN MARTÍN CASTAÑEDA 41,39 KM’S (1833 + / 1833 -)
Mi etapa favorita, la preferida, la niña de mis ojos … XD XD ..
Por distancia, por trazado, por zonas y tipología de terreno, es la prueba que si fuese en formato de carrera independiente, disputaría una y otra vez sin lugar a duda.Con salida y llegada al epicentro de la prueba, recorre lugares de belleza sin igual.
Para empezar, la salida (a las 8:30 horas), se da junto a la salida del sol, por lo que el efecto que este genera en el lago, agranda la belleza de exposición del marca hacia el que nos dirigimos: El Lago de Sanabria.
Después del lago, el precioso bosque de Sotillo de Sanabria, te conduce por un verde, frondoso y espectacular ascenso hasta la cascada que adquiere el nombre del mismo pueblo (Cascada de Sotillo). Encumbrando sus cimas de pastos y lagunas y sin darte cuenta, descubres sin perder tiempo los divertidos y embarrados descensos, para trasladarte al pasado, haciéndote recorrer el casco de Ribadelago.
Si aún conservas fuerzas, la prueba te devuelve al cielo con el ascenso del Cañón del Cárdena. Una vez arriba, prepárate, porque el descenso por el plano inclinado es de aúpa. La parte final, sirve para unirte a otros participantes de diferentes modalidades y aumentar el ambiente, sonoridad, ánimos mutuos y emoción, a través de la senda de los Monges.
¡ES LA PRUEBA/ETAPA PERFECTA!
Así pues, tras esta breve introducción, sin más dilación, y tras el control pertinente de firmas, nos preparamos para el:
5, 4, 3, 2, 1 …. ARRRRRRIBAAAAAA (en este caso, ABAJOOOO) de José Antonio «DEPA».
La salida, como siempre he dicho, es fulgurante.
Tramo de descenso desde el Monasterio de San Martín, hasta la playa del Lago de Sanabria, a través (primero) de la carretera principal del pueblo, y de (poco después) un sendero divertidísimo y suficientemente ancho para adelantar o volverse loco o matarse, por el rocío mañanero que se hubiera podido quedar en algunas piedras …
En seguida, llegamos a la playa de Fogoso, donde la estampa es IMPRESIONANTE.
Para que intentar explicarlo, si podemos mostrarlo:
El transcurrir por este precioso paraje, de origen glaciar, donde hace millones de años ve a saber que tipo de vida había, te hace sentir especialmente animal…
Las ganas de esta segunda etapa son cada año mayores, y el transcurrir por entre el bosque anexado al lago, es significado de manejar o simultanear el mirar donde pisas con mirar donde estás … ¡BÁRBARO!.
Dejando la playa de Folgoso (este año sin avispas que nos recibieran), enseguida llegamos al camping de los Robles, lugar en el que está el primer avituallamiento (demasiado pronto para mí gusto) y por donde cruzas la carretera, dejando el mítico Balneario de Bouzas a tus espaldas. De esta manera, nos introducimos en la pista que nos elevará al bosque previo a Sotillo de Sanabria.
Llevamos un buen ritmo, cómodo junto a 3 corredores con los que quizá, coincidimos ya el primer día, y pensando en los tramos más exigentes del día.
Comienza una zona ‘Yankee’, ya que se transita por pista ancha (calzada sanabresa, lugar de transhumancia en los años «a»), muy corrible y que invita a darle cera a las zapatillas. Muchos se avanzan a ello, yo, prefiero ser cauto. El ritmo, es el mio y el lactato, no tiene permiso para que se dispare en este 1/4 de etapa.
Coronando la primera «joroba» de la etapa, recibimos los primeros ánimos, e iniciamos un primer descenso por el GR 84 hasta llegar a Sotillo. Descenso divertidísimo por entre bosque bajo y algún que otro sendero pedregoso, hasta llegar al pueblo que nos invita, ahora sí, a recargar pilas en su avituallamiento. He ido sólo, me he dejado llevar y lo he disfrutado bastante. Es una zona que cada año, recuerdo con mejor agrado, no sé por qué … Seguramente guarde algún bonito recuerdo alguna que otra edición anterior.
Es el km13, cargamos el primer bidón con Tailwind y tomamos un primer 226 cola.
Comienza el tramo cronometrado de ascenso 1, el que nos conduce por un lugar fantástico, de una belleza espléndida, es la belleza sanabresa:
Robles, helechos, acebos, praderías muy verdes (que gusto da verlas en este tiempo de sequía). Vamos serpenteando el río Truchas, hasta irnos encaramando a la Laguna de Sotillo (1614 metros de altura).
Atrapo a un corredor, voy con él durante unos minutos, pero decido apretar el ritmo. Me encantan los ascensos, es donde mejor me siento, en las subidas largas, pronunciadas, de combinación entre trote y camineooo …
Transitamos por diferentes trazados, todos ellos en bosque cerrado (me encanta), con algo menos de agua que otras veces. Tiro de ‘manos en muslos’ y compaginando como digo tramos de caminar y correr, vamos abriendo el paisaje, para llegar a la parte de la cascada de Sotillo (dejándola al margen derecho).
Tras un par de «grimpadas» más entre roca y tierra, hacemos acto de aparición en el primer «pasto amplio» de ganado, previo a la laguna de Sotiellu… como me gusta, como me enciende y alienta.
El tramo cronometrado dura hasta que esta Laguna hace acto e intención de acompañarte por tu margen izquierdo, durante unos minutos, justo hasta que aparece el punto de control.
El día es gris, con algún claro, pero fresquito. Los manguitos suben y bajan tal como lo hace la prueba (no sobran) ya que en zonas altas, «sopla» el glaciar …
Me encuentro bien, llevamos casi 20 km’s y la ingesta funciona, las piernas no piden más de la cuenta y estamos preparados para afrontar la parte que cada año decimos:
Aquí empieza realmente la prueba y donde se deciden ciertas cosas (al menos, en la parte que podemos pelear, frente a los profesionales/animales que se van dando brega más adelante).
Punto de control y comienzo del segmento de descenso 1:
Es engañoso. El que va desde la laguna de Sotillo, hasta Ribadelago Nuevo, pasando por la Laguna de Carros, lugares de gran interés turístico en los meses de verano y donde transitan muchos senderistas los meses de buen tiempo.
Un descenso magnífico, y digo engañoso, ya que la primera parte tiene algún que otro repecho (contando como descenso). No es un tramo excesivamente difícil, salvo algún pequeño trocito técnico sin mucha complicación más que por zonas de barro o de piedras sueltas. Su 90% invita (y de qué manera), a tirarte hacia abajo, cosa que hacen muchos corredores (hasta 4 me pasan en este descenso).
Se hace largo pero disfrutón hasta llegar a Ribadelago nuevo. Un poco antes, encontramos el avituallamiento nº 3. Carga de bidón (sólo agua) y cojo algo de fruta (me apetece). Poco después, entrando en el pueblo, zona de chip y enlace con la carretera: 3 km’s de asfalto que unen esta localidad con la que le precedía en la historia: Ribadelago Viejo. (***ver historia de la catástrofe del lago, del año 1959, dónde un reventón de la presa, acabó con la vida de casi 150 personas***).
El tramo de asfalto ha servido para dar caza a 2 corredores que la bajada la han disfrutado y mucho, pero que empieza a hacérseles bola lo que les viene a continuación (y madre mía lo que viene).
Transcurridos estos km’s por petróleo urbanizado, llegamos al avituallamiento del km 25 (nº 4), donde los esfuerzos medidos pueden ofrecerte grandes recompensas (lo sé de buena tinta los años en los que conseguí dos podiums en esta etapa… ¡que recuerdos!).
Carga de Tailwind + 1 gel 226 de cola y comenzamos el ascenso hacia el cañón del Cárdena, seguramente de los ascensos que mas me gustan de ULSA, ya que es perfectamente «paleable» (hoy no obstante, no llevaba palos), y según como estés, muy trotable y disfrutón, ya que arroja unas vistas a tus espaldas, que te hacen dibujar perfectamente lo que podía ser un glaciar, millones de años atrás.
Doy caza a dos corredores más, y sin dilación los dejo para seguir afianzando la marcha hasta llegar a la pista que precede al Pico del Fraile. Una pista ‘algo angustiosa’ ya que parece interminable y si o sí, has de correr para llegar a ese punto de control (Pico del Fraile), ya que el margen conseguido en el ascenso, ha de servirte para mantenerlo si no ampliarlo en el descenso por el Plano inclinado, el mismo que nos devolverá a Ribadelago Viejo.
Recuerdo el año 2018, que tras un Pablo Villa intratable, íbamos «dándonos de leches» hasta este punto en alto Dani, Jesús Vicente, Pedro Barros (el portugués) y no recuerdo si Francisco «Paquito» de Solorunners … y fue aquí, en la subida donde conseguí un margen con algunos de ellos. Ya en la bajada, también di caza a Pedro (el cuál iba acalambrado) para llegar a meta 2º, tras el corredor leonés, que por aquel entonces, era corredor del WTP (NikeTrail)…
Este año, 4 años después, las sensaciones serían muy buenas también, pero peleando por otra guerra, la de meterme en el top10 de un campeonato de España, lo cuál no sería fácil, e iba a poner las cosas obviamente muy muy caras …
El descenso por el plano inclinado, no es que sea excesivamente técnico, pero es la típica vía de carros antigua, que entre tanta piedra suelta por los efectos de la naturaleza, el paso de senderistas y demás acciones a la misma, hace que si no estás «algo entero», el baile que te exige este tramo, te impida levantar como debieras los pies, y correr como se tendría, lo cuál puede provocarte algún que otro susto, torcedura o peor aún, perder mucho tiempo, ya que son 3 km’s hasta que llegas al inicio de la eléctrica en el pueblo de Ribadelago Viejo.
Llegados a este punto, entramos en lo que vengo a llamar «partyzone»…
Hay mucha gente, mucho local, agricultores de la zona, medios sanitarios, voluntarios, familiares de otros corredores, y sobretodo, toooodos los participantes del GranTrail, de la maratón y del Premio Caja Rural o Diputación de Zamora (se que uno es el sábado y otro el domingo, no recuerdo cuando es cuál)…
Es decir, nos juntamos en un momento una cantidad de corredores impresionante para subir la senda de los monjes (sin problema de transitar, ya que el espacio es más que suficiente), y esto a mi me anima si cabe aún más.
Personalmente, me gusta encontrarme gente en carrera, de otras modalidades o público en general. No sé, me da aliento, me anima, y el adelantarles, aún me gusta más 😛 😛 Nos animamos mútuamente (coincido con las 6 primeras chicas (3 y 3) primeras clasificadas en ambas modalidades), y así mismo, con gente que conoces de otros años o de veranear por la zona. Es genial, esto es lo que caracteriza a UltraSanabria.
Son 314 metros de desnivel positivo por esta senda fantástica que también ofrece unas vistas al lago sin igual.
En este tramo de ascenso, doy caza a uno de los corredores que sonaba para pelear por triunfos de etapa y/o colarse en los puestos delanteros de la general.
Es Jesús Gil (no, no es la reencarnación del ex presidente colchonero…). Se trata del corredor ciudadrealeño vigente campeón de España de modalidad Ultra FEDME celebrada en Cazorla, el pasado mes de marzo.
Agotamiento o mala gestión de la etapa, le ha hecho sufrir los km’s finales y lo avanzo deseándole ánimo y recuperación para la última jornada, la del domingo por el cañón del Tera. Sin más dilación y aprovechando el ritmo que traigo de final de etapa, me sumo al líder de montaña de la GrandTrail, y junto a él llegamos al puente subterráneo.
En seguida, nos presentamos en la carretera (refugio San Bernardo), finalizando el desnivel positivo y dejándonos caer hacia el monasterio por las calles céntricas y estrechas de San Martín de Castañeda.
Este pueblo, combina nuevas construcciones con otras más antiguas, siendo incluso casi prehistóricas por su construcción de barro, entre callejones estrechos … Me recuerda a esas películas de «Fast&Fourius» por entre las Fabelas brasileñas, callejones, cañones de agua y escaleras …
Llegamos a meta en 16ª posición, con un tiempo final de 4 horas, 30 minutos y 22 segundos.
ETAPA 3: SAN MARTÍN CASTAÑEDA – SAN MARTÍN CASTAÑEDA 32 KM’S (1158 + / 1158 -)
Tercera y última etapa.
No se dejen engañar por la distancia vs desnivel ya que la etapa es dura de narices. Siendo seguramente la etapa de más belleza salvaje, la que más peligrosa se pone en días de meteorología adversa y la que a la postre, decide todo … Es la etapa DEL CAÑÓN DEL TERA, la de PRESA ROTA y la catástrofe del lago …
No sé cuantas veces ni a cuántas personas le habré contado esta historia, pero es tan fascinante a la par de espeluznante, que me siento como un TourOperador cada vez que la explico o enseño …
El 9 de enero de 1959, la Presa (ahora Presa Rota) del embalse de Vega Tera, colapsó por fallos evidentes en su construcción, arrojando millones de metros cúbicos de agua, por el cañón que daba nombre a la misma. Dicho cañón, desembocaba en el lago, con la particularidad de que en su base, se encontraba el antiguo pueblo de Ribadelago Viejo.
Eran las tantas de la madrugada y la mayoría de la gente dormía, por lo que la catástrofe fue de resultados escalofriantes. 144 personas perecieron en sus casas, entre ellas muchos niños y niñas, salvándose aquellos que se encontraban en tabernas o bares de la población (manda h….). Quizá de ahí, viene el dicho de «aguar las penas en el bar …» (humor oscuro)…
Bien, pues por este cañón, transita desde su primera edición, la 3ª y última etapa del Ultra Sanabria By Stages.
Dato peculiar del día número 1: (que no deja de ser importante)
La 3ª etapa se inicia con los últimos instantes de la noche sanabresa ,,, 30 minutos antes que el resto de días.
ES NECESARIO PUES, EL USO DE FRONTAL. Descender la Senda de los Monges, es el ascenso final del día anterior, y de buen seguro puedo decir, que no tiene nada que ver subir con bajar, ni tampoco hacerlo a pleno sol o con el rocío de la noche en forma descendente … (Cuidado).
Lo normal, es que se encuentre mojada la pizarra y piedras del camino, si no es que además llueve (como ha ocurrido algún año), lo cuál convierte la etapa en una prueba totalmente distinta y épica.
7:50h. control de firmas:
Esta característica (el control de firmas) extraída del mundo del ciclismo (al igual que los maiots) es algo que gusta y mucho a la gente.
Cada día la misma rutina, desayuno en el Recreo de Inés y Javi, breve calentamiento, control de firmas, deseos y suertes echadas y listos para afrontar otra jornada de este espectacular deporte, por un entorno sin igual.
Como digo, la salida es nocturna y el ambiente que se forja alrededor del monasterio de San Martín, es si cabe más místico, más salvaje e incluso FIESTERO Y DE ROCKNROLL …
Peculiaridad del día, número 2:
Hoy, salimos junto a los participantes del GranTRail (modalidad de 62 km’s igualmente repartidas en 3 jornadas) y a los del Gran Premio Diputación (creo) que hacen etapa única, la misma que todos nosotros, por lo que la cabeza de carrera, estará más poblada que nunca entre todos ellos, y la bajada por la senda, será la Rambla Catalunya …
Y en 3, 2, 1 …. DAMOS SALIDA!!! …. Hoy, en sentido ascendente hacia el refugio San Bernardo, el que ayer nos daba la bienvenida final en el pueblo.
Parece mentira lo que se llega a acelerar el ritmo cardíaco con salidas de este tipo.
Nada más tocar la carretera, cogemos posiciones cómodas que no nos impidan descender la senda de los Monges con seguridad e igualmente, con cierta velocidad. La idea de hoy, es tratar de avanzarnos bastante, ya que a los 5 km’s comienza el ascenso al cañón del Tera, y podemos recuperar algunas posiciones en la general si las cosas salen bien. El día se presenta con una meteorología idónea. No dan lluvia, ni mal tiempo, todo lo contrario: Día soleado arriba, con nubes y nieblas bajas, lo que harán seguramente una estampa aérea fantástica… y yo, contento por ello, ya que la lluvia y los terrenos técnicos, no son mi especialidad ni fuente de mi devoción …
Primero rayos del sol, y ya estamos metidos en el cañón.
Encaramos el ascenso a presa rota, a través de sus bloques de granito «glaciariano» y sus recónditos senderos y saltos, que hacen del lugar algo único, diferente a los otros dos días y por supuesto, a otras muchas carreras del panorama nacional.
Son 9 km’s hasta presa rota y otros 6 más por pista, hasta el alto que ofrece vistas a la laguna de Lacillo y que en días despejados, permite ver el alto del Moncalvo (2.044 metros de altura).
Es un tramo de ascenso sin a penas descansos, por el que transitas entre pasos y zancadas largas, con alternos de cortos y controlados.
No existe un excesivo riesgo expuesto al vacío (ni mucho menos), ya que las caídas no son «cortantes» ni elevadas a su paso del cañón. Las rocas más «enteras», son de dimensiones de una casa, las más singulares, planas e inclinadas, acompañadas de otras que por el camino quedaron en la catástrofe de la presa …
Este paso, cambia totalmente los días en los que la meteorología se vuelve caprichosa, ya que el tipo de roca caliza, se transforma en una auténtica pista de patinaje …
Hoy, como digo, hemos salido con la idea de dar el máximo + 1, ya que siendo la última etapa no hay nada que guardar, y si tenemos intención de recortar algún puesto más en la clasificación general, no queda otra etapa por delante. El día acompaña y el cuerpo pide marcha. Me encuentro bien, me siento animado y con la aparición por detrás de Jesús Gil (que hoy ha debido establecer otra estrategia), emprendemos en ‘pareja’ un ascenso desde la mitad de la subida hasta justo antes de la presa rota. A partir de ahí, se va, mientras yo cargo «pilas» con un nuevo bidón de Tailwind, y emprendo la segunda parte de la etapa.
Estoy contento, ya que me siento bien, el día acompaña y estoy «en mi casa» por lo que disfruto del entorno, de la carrera y de sus gentes … Hoy además, viene mi familia (mi tía y mis primas) a verme. Residen en Mombuey (localidad apenas a 30′ del Sanabria) y me hace especial ilusión que, como el año pasado, vengan a hacer el aperitivo de final de fiesta en el Recreo, junto con Inni, mi pareja, la cuál está corriendo en estos momentos su tercera etapa del maratón.
Llegados al km 18 aproximadamente, y junto a 2 corredores más, cruzamos un riachuelo que nos empuja a la última ascensión, previa a la llegada (en descenso) al punto de control y avituallamiento (Laguna de Peces), donde comenzará un divertido downhill a meta …
Este punto del km 18 – 20, lo recuerdo especialmente emocionado, ya que es un lugar por el que cada verano paso cuando hago alguna tirada larga hasta Peña Trevinca (2127 metros). Lugar gélido, árido, de espectacular belleza y fantásticas vistas 360º ,,, Es además, donde en 2019 pasamos un momento ‘pelín’ complicado durante esta misma etapa:
Aquel año, despertamos por la mañana con una llovizna que desde primera hora, tenía bien regada la piedra sanabresa,,, y en este punto en alto, conocido como Revientaburros (vaya nombrecito), nos empezó a caer agua nieve, acompañada por un fuerte viento … Comencé a no sentir los muslos (iba con un goretex en la parte de arriba por supuesto, y capucha levantada en la cabeza). Empecé a pasarlo ciertamente ‘no muy bien’.
Si por lo que fuera, llego a pararme por el cansancio o cualquier otra circunstancia, pues la verdad, no sé que consecuencias podría haber sufrido, ya que repito que es una zona de antiguo glaciar, y seguramente lo hubiera pasado muy mal … Es la montaña y tiene sus normas, hay que ir preparado SIEMPRE para ellas.
Transitando el ‘revientaburros’, comenzamos un descenso muy espectacular y rápido hasta el parking de la Laguna de Peces, donde hacemos control, carga de Tailwind e inicio de descenso cronometrado por el cañón del Forcadura, hasta Vigo (cañón, por el que se da lugar el km vertical del día 1, en las modalidades GrandTrail y Maratón). En estas, ya voy sólo, he dejado en el ascenso a mis dos compañeros, con los que he compartido varios km’s en las 3 etapas…
Llego al parking y avituallamiento. Mi família debería estar por allí, pero no han tenido tiempo de subir, me esperarían mas tarde en meta.
Cargo Tailwind y cojo fruta (no sé de quien es, ni como la trae, pero siempre está y siempre digo lo mismo: ESTA NARANJA Y MELÓN, ESTAN DE VICIO)… Salgo raudo, puesto que vienen algunos corredores por detrás, y no acierto a ver si son de GrandTrail, o de mi modalidad… Comienzo el descenso por el paseo de madera de Laguna de Peces.
Al igual que el cañón del Tera, el cañón del Forcadura cambia y mucho si está seco o mojado (aunque charcos y barro siempre hay). Algunas pizarras, resbalan en demasía, y puede ser peligrosa la caída, ya que la velocidad no es la misma de bajada que de subida.
Iniciamos el tramo (hartamente conocido por los veranos vividos por él), con prudencia pero sin perder pistonada, ya que sé de buena tinta que los corredores que vienen detrás, son rápidos bajando …
Llegamos en seguida al paso o salto del cañón, tras librar bastante bien los pasos embarrados y «trampas» (como digo siempre) producidos por el ganado. Es un vaivén continuo de sendero que baja, llanea y tiene pequeñas cuestecitas que te rompen ritmo y aliento … Todo ello, para acabar bajando raudos un sendero de unos 2 km’s aproximadamente, el cuál nos introduce en la localidad de Vigo de Sanabria.
Libramos bastante bien todo este tramo, siendo alcanzado únicamente por uno de esos corredores. Aún con fuerzas, llegamos a la parte final (último avituallamiento en Vigo de Sanabria) del cuál pasamos…. Tras el campanario y recorrer unos metros el centro del pueblo, encaramos la parte final:
Son 2 km’s, sobre los que parece mentira, se van a hacer durísimos (sobretodo para quien no los conozca), ya que son en tramos semi ascendente hasta llegar a San Martín.
Allí cruzamos el parking de auto caravanas y campera, para devolvernos al Monasterio y entrar en meta.
Llegamos en una muy trabajada 14ª posición, con un tiempo de 3 horas, 20 minutos y 12 segundos.
Sumado a las dos etapas anteriores, nos arroja a un 15º puesto, con un tiempo final de ULSA CAMPEONATO ESPAÑA FEDME: de 11 horas, 48 minutos y 49 segundos
Poco después, aparece Inni, en una excelente etapa que la consolida como 5ª clasificada general y 2ª de su categoría SENIOR.
Una nueva edición, que este año acogía como digo la modalidad del CAMPEONATO DE ESPAÑA ULTRAS POR ETAPAS, de la FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE DEPORTES DE MONTAÑA Y ESCALADA, en la que se daban cita corredores del nivel de Miguel Ángel Heras, Roberto Heras, Manuel Merillas, Julen Calvó, Alvaro Garcia, Jesús Gil, David Lopez Castan, Ohiana Kortazar, Angels LLobera, Uxue Fraile y otros tantos mas, que disfrutaron de unas espléndidas jornadas en el Parque Natural del Lago de Sanabria.
Junto a Teledeporte y aerovirtualtoledo, se emitió un publireportaje de 10 minutos sobre la prueba, que pone la piel de gallina.
Un año más, por la tierra de mis padres y abuelos, familia, disfrutando de esta fantástica fiesta y organización, que mientras pueda, seguiré siendo partícipe como organizador y corredor en su modalidad Ultra. Hasta el próximo año.
Nano López
Activador Emocional
Formador de Habilidades Sociales
y Deportista de Carreras por Montaña
Lo que más me ha gustado sin duda es lo de “zonas yankees” jajajaja
Un saludo de Frikie a Frikie. Gran crónica.
“El alvarito” jejeje
Jejeje,,, me alegro que te haya gustado. La verdad es que es una prueba que tiene de todo y por eso agrada tanto, supongo. Un fuerte abrazo compañero 😉
Grandísima crónica Nano. La corrí contigo también este año 2022. La pequeña ventaja que tuve en la primera etapa, es que mi madre es de Escuredo y me ahorre el traslado de primer día. Todas las estapas son espectaculares. Orgulloso de ser finisher! Paraje natural, salvaje para la práctica del trail y gran zona para los aficionados al ciclismo para hacer algunos puertos o rutas en bicicleta.
Un saludo y enhorabuena.
Muchas Gracias Alejandro!!
Que bueno, así pues tienes alojamiento en Escuredo eh? Espectacular pequeña Villa que resiste al paso del tiempo en la zona, que pasada … Mis padres y abuelos son / eran alístanos y conozco guay toda esa zona desde que era un «najo», por lo que siempre que pueda, allí estaremos disfrutando del Lago Salvaje. Gracias por tus palabras.
Felices fiestas y hasta el próximo año 🙂