La Ultra Collserola de Bcn Trail Races, era la prueba que cerraba la temporada, en mi calendario particular y anárquico de cualquier circuito o liga de carreras por montaña. O sea, La Nanet Trail Series 2018.

Todo empezó tras concluir una prueba fija en el calendario, desde hace ya 4 años.
La Mitja del Castell 2018, en El Papiol.

Tras venir de la UltraSanabria, la Mitja era una prueba que con 25 km, se antojaba golosa por la velocidad con la que se presumía iba a desarrollarse, por sus «corriols rompepiernas» en la cara Sur del Parc de Collserola, y por el trazado nada técnico.
Además, la organizan unos amigos que viven todo esto con mucha pasión, por lo que iba a ser una buena forma de cerrar la temporada.

Se dió el pistoletazo de salida, y como se presuponía, se salió rápido.
En seguida formamos un grupo delante de unos 7 – 8 corredores, los cuáles en seguida llegamos al Castell de Papiol. Eran las 9 de la mañana, y ya había gente por la calle, por lo que el ambiente era bueno. Todo iba muy bien, y pese a no tener mucha confianza en saber si íbamos a poder dar el calle, las sensaciones de inicio eran buenas, dejando marchar a los 3 primeros corredores y formando un segundo grupo a pocos metros detrás.
Transcurría el km 5, y bajando lanzado por una amplia pista, no supe ver un indicativo hacia un sendero que rompía a la derecha y arrastré conmigo de forma irremediable a 3 corredores durante casi quilómetro y medio dirección al Papiol … Ya era un hecho, no sólo nos habíamos perdido en un cruce, si no que nos habíamos descolgado del grupo de cabeza, y no había nada que hacer… ¡QUÉ RABIA!.

No hay cosa que me de mas rabia en la competición, que perderme en carrera.

Tras este sabor agridulce, se me abrió un «regusto» de finalizar la temporada de tal manera, pero claro, dadas las fechas …
Fue cuando me llegó la oportunidad de participar en la UltraCollserola al recibir una invitación de la organización, y dado el formato actual, por equipos o relevos no iba a participar, por lo que …. ¿por qué no?. Nos aventuramos en la GTC modo individual.
Son 76 km, poco desnivel, en mi casa y por donde suelo salir a hacer rodajes rápidos de 1,5 – 2 horas … por lo que, di el SI QUIERO.

Inscrito a la BcnTrailRaces 18.

Video Resumen (by www.bcntrailraces.com)

A las 7:00 de la mañana del 24 de noviembre, se daba el pistoletazo de salida a esta prueba de 76 km y algo mas de 5.000 metros acumulados de desnivel (rápido no, lo siguiente para ser considerada una prueba de UltraDistancia).
El formato, entremezclaba corredores en solitario (GTC) y los que participaban en la modalidad de relevos (GTCR), formados por parejas, trios, cuartetos o quintetos ,,, al gusto del consumidor (parece que estoy relatando otros tipos de entretenimientos, pero es una carrera)..

En mi caso, en la GTC, decidí salir muy comedido, ya que prácticamente desde hacía mes y medio, no había mantenido un ritmo de entrenamientos regular. Básicamente, había dedicado ese tiempo a realizar un mantenimiento para llegar decentemente a la prueba.

La organización no exigía llevar frontal, a no ser que tuvieses en mente no llegar a meta hasta pasadas las 18h, pero a primera hora de la mañana, no se veía un pimiento en los lugares mas cerrados y tupidos por la vegetación, por lo que pese a no incluirlo en el material obligatorio, pensé que llevármelo no me haría daño, ya que en el km 11 estaría Irene para podérselo dar… ¡y menos mal que lo decidí así!.
Cierto es, que en los lugares abiertos a la vegetación, podía intuirse el terreno, pero a la que te metías un poco en la montaña, no se veía absolutamente nada, y varios corredores que salieron como cohetes, tuvieron que frenar en seco para ver donde metían el pie, ya que algunos de los pasos hasta el primer punto de paso, era algo técnico y descendente (punto a tener en cuenta para la organización).

El primer punto de paso, el área de Can Coll (km 7,5), tras una primera ascensión desde el Velódromo de Horta. (Entendamos como ascensiones en esta ocasión, unos máximos de 250 – 300 metros positivos continuos… Es collserola, no el Everest).
Desde Can Cordà, bajábamos a esta bucólica masia de la cara norte de la montaña. Punto cercano a algunos de los pueblos adyacentes del parque, el cuál facilitaba que mucha gente pudiera acercarse a ver pasar a los corredores (familiares, amigos).

Rápidamente, sin detenernos para nada, avanzábamos entre divertidos «toboganes» hacia Sant Cugat. Eran 5 kilómetros más, donde ya vislumbrábamos la barrizada que íbamos a tener durante la jornada.
Bajando al Pi d’en Xandri, corriols llenos de agua y barro que ponían a prueba la destreza de muchos a la hora de jugar con las fuerzas, la diversión y el saber dosificar las energías, ya que era muy pronto para «hacer el cabreta».

Llegados al km 11,5, y allí estaba Irene con Meru (ladrando como un poseso al verme jaja).
Le di el frontal (a Irene, no a Meru… XD) y proseguí dispuesto a hacer la primera de las 2 grandes tiradas positivas de la jornada: La subida por el «pantà de Can Borrel» a Santa Maria de Vallvidrera.

A ritmo cómodo, sin desgastar en exceso, entre divertidos y conocidos corriols, llegábamos al segundo punto de control, Santa Maria, y el tiempo previsto no sólo se cumplía si no que lo habíamos reducido unos 15 – 20 minutos (1 hora 58′ desde que saliamos y habíamos completado 22K). Desde aquí, comenzaba un parte clave del día. Desde Vallvidrera, hasta la pista de Esplugues/Sant Just, y llegar 10 kilómetros después, a la Masia de Santa Creu D’Olorda (punto de control en el km 32). Esos 10 km’s que podían darte mucho, o quitarte todo, te ofrecían unas vistas espectaculares de la ciudad de Barcelona (la cuál, en esta jornada lucía limpia por el viento y las lluvias de la semana).

Llegados a este punto, muchos corredores que participaban de la prueba por relevos, te daban alcance (tras el cambio de Santa Maria), otros te superaban ‘sprintando’ e incluso algunos, que te parecía haber visto a primera hora de la mañana, dejándolos atrás, los volvías a ver de nuevo delante de ti en este punto (no entendía mucho como funcionaba el sistema relevo, por lo que algo de desconcierto si que producía) …

En Santa Creu d’Olorda (32) me vino a la cabeza el recuerdo en el que hace 3 años, junto a una amiga, Carme Tort, cogí un globazo curioso por no ir bien hidratado y alimentado (y sobretodo, por ir a ritmos que por aquel entonces no tocaban eh Carme?) … Las risas hasta ese punto, merecieron la pena y mucho, no obstante.
Este año, con Tailwind eso no me iba a pasar. ¡Qué descubrimiento de alimento líquido, por dios!.

Nada más llegar a este punto de control, Sergio Fuertes estaba por sorpresa para darme ánimos y ayudarme en lo que pudiera necesitar. Iba bastante bien, y lo único que necesité fue una foto, y … (No nos ganaremos la vida como fotógrafos, ¿eh suegro?) …


Tras una carga rápida de producto*, descendíamos hasta Molins de Rei por una laaaarga e interminable pista (la famosa pista de la antigua cementera del Llobregat), hasta llegar a un corriol en su tramo final descendiente, denominado «la rierada». Quizá, el trozo menos atractivo de todo el circuito, por su transcurrir entre huertos, cañas y poca visibilidad, además de tener que ir agachado un buen rato.
*Este verano, conocí el producto de alimento líquido Tailwind, y Pablo Villa me pasó «la receta» del ‘modo transporte’ en carrera, el cuál a través de unas pequeñas bolsas zip de plastico, se antojaba práctico, cómodo y fácil en pruebas de ultradistancia.

Era el km 42 de la prueba, habíamos completado la distancia de maratón.
Fue allí cuando empecé a notar ciertas molestias en la rodilla por la dichosa condropatia, pero nada importante. A estas molestias se sumaba un lógico cansancio, faltando siete kilómetros hasta el siguiente punto de control «El Papiol», donde me esperaba Isa para cargar bidones y refrescar energías de cara al tramo final y decisivo del recorrido.

Para llegar hasta el Papiol, nos hacian pasar por puntos como el Turó de La Pineda, lugar por el que habíamos transcurrido en la mitja del Castell. Había algún tramo de corriol ascendente, tendido y técnico (lo que más me gusta).
Una vez superábamos este punto, avanzábamos por una pista que nos abocaba directamente al polideportivo municipal, donde se aglutinaba bastante público, ya que en la modalidad de relevos (sobretodo por parejas), se daba lugar el intercambio de componentes. Además, en este punto, podías entregar a la organización a primera hora de la mañana, la bolsa de vida con lo que necesitases.
Yo como mi bolsa de vida, tenía nombre, Isa Llopis, no tenía que preocuparme de pedirla a ningún voluntario 🙂
Isa, amiga desde mis inicios en esto del Trail, la cuál me dispensaría mas alimento líquido, un par de gritos característicos suyos, y un par de fotos y vídeo … (Isa, tampoco te ganarás la vida como fotógrafa ni cámara jajajaja).

A punto de llegar, y con la noticia sobrevenida y no deseada en conocimiento, de que iba 6º, me cruzo con dos corredores con dorsal rojo de GTC, y veo a un tercero que se encuentra dentro comiendo .. A sabiendas que voy bastante bien, recargo bidones, como un par de piezas de fruta, intercambio cuatro palabras con mi assistant, y me voy bastante rápido entre aplausos de la gente. (Por la tarde supe que tenía gente conocida por allí, que no supe ver. Pido disculpas jeje… iba «per feina).

Nada más salir, a penas 1km después, doy caza al corredor que estaba habituallándose cuando yo entré. Le veo con ciertos problemas de ajuste en el cinturón de material, y le pregunto si todo va bien. Me mira, pero no me dice nada … -_- … Venga pues, salud.

¿Voy 5º? … Joder, comienza otra carrera. Me viene a la cabeza la UltraSanabria .. Cómo disfruté remontando en el Lago Salvaje.

Se lo que viene a partir de ahora. La subida al puigmadrona, y la bajada algo técnica por su tramo resbaladizo, que en la Mitja se hace de subida dos veces!!. Me encuentro una chica con problemas para bajar, cogida a varias ramas. Le digo si va bien o necesita algo, ella sonríe y me dice «ufff acabo de empezar y ya me estoy arrepintiendo» jajaja (pues vamos bien, pensé).
En poco tiempo, llego a la masía Can Montmany de Valldoreix. Es una masía que no se por qué, me da muy buenas sensaciones cada vez que paso por ella. He pasado en varias carreras, he realizado algún que otro trabajo allí …


Desde allí, una «pequeña travesía por el desierto» en las calles y huertos de Valldoreix, por una pista de falso llano, aburrida y sin mucho atractivo, durante 5km, previa a la última gran ascensión de la jornada: de nuevo hasta Santa Maria de Vallvidrera.

La verdad, es que Collserola es un parque natural precioso y divertidísimo, con lugares desconocidos para la mayoría del público. Su vegetación, es muy característica. Abunda el pino y la encina, está plagada de fuentes, corriols y puntos de interés a lo largo y ancho de sus 11.000 hectáreas, alzándose en su punto más alto, un parque de atracciones fantástico con vistas a la ciudad condal (Tibidabo 512 metros).

Pese a todo ello, transcurrir por largas pistas tras 52 km’s en las piernas, se antojaba AGOTADOR…. 🙂

Cuando superamos con el «tran tran» este tramo totalmente prescindible, comenzamos otro corriol bastante chulo que nos llevaba hasta Can Calopa. Es un corriol apetecible, con algún que otro salto de tierra, y con un bosque tupido y frondoso .. Esto si que me gusta, y mis piernas y cabeza lo saben. Quedan algo así como 14 kilómetros para meta.

Doy caza a otro corredor con dorsal rojo … Compartimos unos km’s, pero se queda atrás. Llego a Can Calopa, con la idea de que voy 4º … mmm carai, nada mal ¿no?. Una prueba, en la que en las dos ocasiones anteriores, había llegado a las 10 horas de carrera (claro que eran 8 km’s mas).
Llego al penúltimo punto de control (la masía) y veo a Andreu Simón, que justo había dado relevo hacía un rato a su compi de equipo Pau Bartoló. Me comenta que voy muy bien: «Osti molt be Nanet, vas molt be… top10 fijo y molt mes allà diria» .. (según lo que me han ido diciendo, 4º – le contesto -).
He de decir que nunca es una obsesión para mi, ni el tiempo, ni los ritmos (corro sin reloj) ni nada por el estilo, pero no podemos negarlo, es una carrera y cuánto mas arriba mejor, ¿no?. Pese a esto, me paro a hablar unos segundos, y a compartir unas risas.

Desde Can Calopa viene una parte algo engorrosa hasta Santa Maria. Son 8 km’s, en los que empiezas subiendo, para pasar por un trazado zigzagueante y lleno de toboganes a través de un corriol muy tupido de vegetación baja, que desemboca en la carretera de Santa Creu.
Cruzas un par de ocasiones, un mosso d’esquadra me dice que tengo a un corredor a unos 4 minutos delante. ¿Será el 3º?.

Prosigo, decido a mantener el ritmo ya que lo que queda, es terreno rápido y favorable conociéndome. De entre unos arbustos, aparece un flash, es Lluís y todos sus juguetes (@ashai_boigdelamuntanya) que me dice «ánimo que vas 5º»… ¿Cómo que quinto? Jajaja… En qué momento me han adelantado. Total, yo sigo, pero con la mosca tras la oreja tras lo que Lluís me acaba de decir.

@ashai_boigdelamuntanya

La parte final hacia el último punto de control, es un descenso embarrado y divertidísimo directo al Pantano de Vallvidrera, el cuál dejas a la izquierda para entrar de nuevo en la plaza de Santa Maria (último punto de control).
No me detengo a penas. Como dos piezas de fruta, cargo una última dosis de Tailwind, y SIGO.

Deshacemos camino de primera hora de la mañana, entrando de nuevo en el viaducto lleno de agua que cruza bajo la carretera de vallvidrera. El caño de agua ahora ya no es tan divertido como hacía horas.
Una vez sales, tienes que superar el último esfuerzo. Una pila de escalones de madera y barro, que te hacen salir a la parte posterior del parque de atracciones del Tibidabo (Ca’n Tano) para desde ahí, bajar por la rabassada y buscar a través del Turó de Santa Maria y Sant Cebrià, la pista que te devuelve al punto de partida, el Velòdromo de Horta.

En ese transcurrir pistero, comparto metros con un relevista que dice que va justito, pero que no hacía mucho rato estaba con un corredor del GTC, que tampoco iba muy sobrado …. Se me ponen los ojos como platos!. Es supuestamente el 3º, y si no va muy fino y aprieto en la bajada, quizá quizá … Total, ¿qué tengo que perder?

Entro en el corriol final (muy divertido) justo antes de llegar a la última calle que entra en Horta. ¡Lo veo, y va fundido!.
Le doy caza y lo paso con un resoplido que denota lo que supone que te adelanten a menos de 1km de meta .. (es lógico).
Llego como una exhalación a la recta final. Allí está Isa que me anima en el último giro, mientras le pregunto agitando los brazos ¿cómo voy, cómo voy? Jajaja… De locos. (Como ya dije, Isa, no te ganarás las habichuelas como fotógrafa ni tampoco como cámara. LOS VIDEOS EN HORIZONTAL «SO ANTOÑICA»).

https://youtu.be/SBjGWkRi5yY

Entro en meta, bajo el grito del Speaker: «Nos llega Nano López, 3er clasificado» …
WOOOOWW… Que carrerón, me siento bien, estoy muy contento… pero segundos después:

«A ver, si, un momento,,, Nano, ven, ven, me comentan que eres 3er Senior, ha entrado un veterano antes que tú, por lo que ¿cuarto verdad? …» -_- …. (menuda cara gamusino se me queda) jajajaja.

En plena entrevista, Isa me insiste que aparezco tercero en la web de seguimiento con un tiempo de 7h 45 minutos, yo no entiendo nada, no me salen las cuentas de los adelantamientos, y lo que si que tengo es unas ganas de quitarme las zapatillas que me muero …
De cualquier forma, finalizo una Bcn Trail Races muy satisfecho, y con la sensación durante toda la prueba de haber hecho una muy buena carrera.

 

Nano López
Activador Emocional
Formador de Habilidades Sociales
y Deportista de Carreras por Montaña

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