TRANSFRONTERIZA 2023

La nueva edición de la Transfronteriza, nos reunía a todos los corredores y corredoras en Riomanzanas, (bucólica aldea de la baja comarca alistana), junto al río que lleva su mismo nombre.
En esta edición 2023, la meta se situaría en Figueruela de Abajo, en una excelente campa que la dirección de carrera había montado, con diferentes carpas de alimentación, servicios de fisioterapia y recuperación, merchandising y otros entretenimientos.

La Transfronteriza Bike&Trail, se caracteriza por reunir en un mismo fin de semana, a diferentes corredores y corredoras de montaña y de MTB, en dos jornadas que hacen que la comarca zamorana se llene de vida (que falta le hace).

El impacto social y económico que produce el evento, es de magnitud similar o superior a la de un puente festivo, en el cuál diferentes grupos de familia y amigos, se acercan a la región y llenan sus bares, restaurantes y pueblos.

Es de agradecer el esfuerzo que tanto Antonio Del Pozo (director de ULSA) como todo su equipo, realizan en la provincia con tal de oxigenar a esta zona de la España vaciada, que en la última década sobretodo, se ha notado sensiblemente su decaimiento.

El sábado, se disputaría la modalidad Bike (en dos distancias, de 60 y 30 km’s). Esta modalidad, sería una prueba circular con salida y llegada en la misma localidad de Figueruela de Abajo.

La organización, ofrece la posibilidad de correr ambas disciplinas (Bike y Trail), ya que ésta primera se disputa el sábado, y la modalidad Trail, el domingo.
Nosotros, no íbamos a ser tan «Titanes» y nos enrolaríamos en la modalidad Trail de 32 km’s (este año eran 6 menos que el año pasado), y miraríamos de revalidar el triunfo tan emotivo que conseguimos el año pasado.

Para ello, tomaríamos salida como digo en Riomanzanas, y la organización dispondría de un bus lanzadera que desde Figueruela de arriba, nos acercaría al punto de inicio, en no más de 15 minutos.

Este año, algún corredor provincial y regional, iba a ofrecer batalla desde el inicio, por lo que un buen calentamiento, iba a ser crucial.
Sin tampoco hacer la calor que hacía el año pasado (que fue algo exagerado, dando lugar a los terribles incendios de la sierra de la culebra una semana después), nos íbamos a enfrentar a tramos de la mañana, donde el termómetro se situaría en unos notables 33 – 34 grados.

Tras unos minutos previos donde la gente iba llegando y todos iban tomando posición, a las 8:30 en punto se daba el pistoletazo de salida a esta Transfronteriza 2023.
¡3, 2, 1 … A VOLAR!

La idea de inicio, la misma del año pasado: ¡Salir a tope los primeros 2 – 3 km’s!
Correr en el pueblo, siempre motiva y te da un «plus» extra. Además, me encontraba físicamente bien, por lo que entre una cosa y otra, la idea era clara: No especular.

Con estas intenciones, y siendo los 2 primeros km’s llanos, mantendría un ritmo a través de una pista que buscaba adentrarse en el Río Manzanas, y pegado a éste, abro un margen de unos 20 metros con el grupo perseguidor.
En seguida empieza sinuosamente a ascender la pista para meterte en «el cañón» por el que baja el Río del pueblo, y sin previo aviso, primera «tachuela»: Un cortafuegos, que te hace frenar en seco e hincar las muñecas sobre los muslos.
Son a penas unos 100 o 200 metros, pero hace parecer que todo se comprima (miras atrás, y están todos ahí abajo, persiguiéndote…).

Comienza la zona más bonita de la prueba, el semi remonte del río hasta Santa Cruz de los Cuérragos (punto de control y avituallamiento).

A través de él, vamos esquivando esquejes de pizarra húmeda, piedras que asoman de costado, helechos, y bastante agua (ha llovido generosamente los meses previos en la zona).
En uno de estos «bailes», resbalo en una loseta y caigo LITERALMENTE de costado y de pleno al Río …. (¡qué friaaaa está el agua!)…
Visto que estoy en mitad del mismo, y justo más adelante he de cruzarlo, decido seguir por la vía recta (la acuática) cubriéndome el agua por los muslos, sin ver que me estoy dirigiendo a una poza, por lo de nuevo de forma LITERAL, BUCEO un par de segundos (tal cual), para acabar refrescado del todo y salir al otro lado de la senda  …. (la Mare que hem va matricular…).

Cuando salgo de este entretenimiento acuático y me recompongo, veo que a unos 10 metros se acercan los dos corredores que a la postre, darían juego a la prueba. Son Marco Ratón y Francisco González.

El valle de los infiernos, no hace justicia a su nombre, porque perfectamente podría ser la Garganta de las Cascadas. Para mi, el valle de los infiernos vendría más tarde… 
Es precioso, ideal y muy recomendable para un paseo veraniego con familia o amigos, ya que la zona es refrescante, desconocida y se puede disfrutar de una manera muy distinta al «sufrimiento» que íbamos a mostrar los que estábamos en esta jornada dentro de él XD.

Tras 10 km’s, íbamos a abandonar esta senda fluvial, para pasar control en AV.1 y cargar bidón de Tailwind.
Nada más salir de este punto de control, veo que tanto Marco como Fran, están ahí, por lo que aprieto en el ascenso y posterior descenso hacia el puerto (lugar clave de la prueba).
En este descenso, algo «tapado» de vegetación, me la juego bastante, ya que en cada zancada no veo donde pongo el pie, y tengo la sensación de que cualquier tronquito o piedra, puede tirar al traste la carrera.

Mi sensación es que he abierto brecha con los dos perseguidores (he mirado hacia atrás, y no los veo), es el km 14 (ecuador prácticamente de la prueba) y me dispongo a encarar el ascenso al puerto (Peñamira), donde está el siguiente avituallamiento y en el que se presenta la peor parte del recorrido (pista amplia, en semi ascenso/llano y «chincheta» final a meta).
Lamentablemente, esta sensación que guardaba instantes atrás, se desvanece nada más empezar a ascender, con otra mirada al ‘retrovisor’… , miro «¡M…. están aquí!». Inmediatamente enganchados a mi, ambos dos corredores con el cuchillo entre los dientes .  : / ….

En este ascenso, comienzo a notar cierta fatiga y/o excesos previos, y quién sabe, si también pesa la desilusión de no haber podido soltarlos antes, habiendo apretado en los km’s anteriores.
Comienzo a notar que las piernas no van como querría. Tampoco tengo mucha nitidez mental para pensar en la mejor estrategia y simplemente troto, pero a un ritmo menor … Por primera vez en toda la mañana, no voy en cabeza de carrera …

Imagen ‘lamentable’ de Richard Medina 😛

A penas unos segundos perdidos cargando nuevamente el bidón, y saliendo tras estos dos pisteros vallisoletano/zamoranos.
Consigo atrapar a Fran, y con él voy un par de minutos. Ratón, se avanza unos 15 metros por delante. Esta compañía me iba a durar muy poco.
Tan pronto comenzamos una leve ascensión a Peña mira, me quedo … las fuerzas no acompañaban, y comienzo a tener una ligera sensación de pájara que puede complicarme «un pelín» los planes de la mañana.

Es el km 17/18, y se avecina una travesía por el desierto.
Llegar a Peñamira, es relativamente fácil a un ritmo más bajo. El descenso hacia Flechas, se me haría algo más largo, aún pareciendo que recupero algo de ritmo (demasiada pista para mi), me caen un par o 3 de minutos «extra» sobre lo deseado.
En este «descender» ya no tengo a la vista mis predecesores, por lo que sinceramente, me desanimo un poco más, al pensar que la opción de revalidar el título y poder dedicárselo a mi abuelo, se desvanecen del todo .. Paso un momento algo crítico incluso en el km 20/21 … Noto que me falta «alimento/líquido» incluso sales (primeros calambres) … Las cosas pueden complicar incluso que llegue a meta (¡que mierda!) … 🙁

En el 22,5 llego a Flechas (3er Avituallamiento). Lleno nuevamente de Tailwind y cojo algún trozo de fruta para afrontar lo que va a ser una odisea hasta meta. El objetivo, se convierte en poder llegar. Son unos 10 km’s que la foto de perfil «puede hacerte confundir».
Aparentemente son llanos hasta el 28, pero realmente son sinuosamente «toboganeros» por una amplia pista sin sombra, expuesta y con vistas a un horizonte infinito ….
Antes del siguiente avituallamiento, viene una fuerte bajada que pone de manifiesto que los cuádriceps están bastante deshidratados, por lo que bajamos no todo lo rápido que nos gustaría (igual que en el descenso anterior). Ya hace rato que estoy empujando con la cabeza más que con el cuerpo, es el ejercicio habitual en Ultras, pero no en pruebas de media distancia…

Tras el paso por el AV. 4 (no cargo nada), comenzamos unos aproximadamente 4 km’s de ascensión a Figueruela, que van a ser duros de narices, ya que no son por la pista habitual, si no que van adentrándose entre «pasos de sendero» que une diferentes pistas.
Mucha gente de otras modalidades, se entremezclan conmigo y ayuda a que no pierda las ganas de llegar arriba.

Al coronar la ascensión, los calambres son ya bastante agudos, y quedan unos 800 metros a meta. Estos, son en descenso por las calles de Figueruela, hasta llegar a su hermana Figueruela de Abajo (campa a meta).
Se oye el ruido del arco, el deseo de llegar es enorme …

Entro finalmente en meta como 3er clasificado, con un tiempo de 2 horas 51 minutos y 18 segundos …

Durísima la jornada la de hoy, siendo menos km’s que en la pasada edición, pero claramente más exigido por los rivales que se han presentado a la cita,,, ¡y ya me gusta! :):):)
Así es este mundillo del TrailRun, a veces los planes salen bien, y otras veces no (ya sea por exigencias del guión, por problemas digestivos, físicos o de otro tipo). Igualmente, pese a no conseguir el objetivo, veo como bueno el 3er puesto y la gestión de esfuerzos.
Felicitar a Marco y Fran, por su gran gestión de carrera, siendo de menos a más la progresión de la misma, sobretodo a Marco, que según me consta se muestra intratable en la provincia y comarca, en muchas de las carreras a las que va.

 

 

Nano López
Activador Emocional
Formador de Habilidades Sociales
y Deportista de Carreras por Montaña

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