TransGranCanaria, febrero de 2017…
Conversaciones entre bambalinas de un hotel:
“Nano”: Oye Depa, tengo que correr OCC este año sí o sí… ¿cómo lo ves?
“Depa”: Lo veo bien… ¿ya tienes puntos ITRA?
“Nano”: Puntos ¿qué? ¿Eso lo dan con la tarjeta Eroski o cómo va?
“Depa”: Vale, muy bien… ¡CONTRATADO!
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La OCC es una de esas pruebas en el calendario de TrailRun que muchísimos corredores querrían hacer y, obviamente, yo era uno de ellos. Es la hermana pequeña de la UTMB; es ese primo lejano con el que disfrutas cada verano de forma intensa y divertida; es la carrera IDEAL para engancharte, aún mas, a este fantástico deporte.

57 km, 3.500 metros de desnivel positivo, con salida en Suiza, con llegada en Chamonix, con pasos de carrera espectaculares, pistas de esquí, cumbres preciosas, ascensos largos y tendidos, senderos divertidísimos y una bajada final de 8km, que bien puedes sufrirla (véase razón en Nuria Picas, con la hermana mayor UTMB…) o bien, puedes disfrutarla si has sabido guardar ese último cartucho para zigzaguear por su descenso entre bosques desde la Flegere…
El UltraTrail du MontBlanc (UTMB) es uno de los acontecimientos del año en el mundo del TrailRunning. Los corredores que quieren participar en él, deben sumar una serie de puntos en los dos años previos al evento, los cuales se obtienen si finalizas diferentes pruebas validables para esta carrera. Aun así, ¡no es suficiente! Los que pasen el corte de reunir estos puntos, deben participar en un sorteo que dictará, finalmente, quienes optan a un dorsal para participar de la fiesta.
Por suerte, en esta XV edición del UTMB, este proceso lo substituimos por un “Kalañoso reportaje” para la Revista TrailRun… ¡Esto es la OCC inside!
Llegamos a Chamonix el sábado 26 por la tarde. Tiempo suficiente para aparcarnos en el centro del pueblo y deshacer la maleta. Fuera del armario, la mochila, camiseta, pantalón y zapatillas… El domingo por la mañana, teníamos previsto hacer los últimos 20 km de la prueba.
Con un par de pestañeos, el calendario marcaba lunes 28 y el ambiente en la calle ya era casi pleno de carrera. Stands, tiendas, corredores y “finishers”, sobretodo, mucho finisher… Los hay de muchos tipos. De larga distancia, de corta distancia, de pruebas únicas y preciosas, de populares y muy conocidas… y los hay que hasta incluso quieren que el mundo conozca el tiempo que tardaron en acabar su reto. Es fantástico… (no sé ni necesario).
Pero esta carrera tiene esas cosas. Hay tiempo para todo. El día se acercaba y la mejor manera de mitigar los nervios, era visitar a amigos, stands, participar de divertidas entrevistas…
Quedaban 24 horas para participar de la fiesta del Trail, tocaba irse a casa, cenar y descansar. ¡La carrera empezaba el jueves 31 a las 8:15 de la mañana!
Con puntualidad Suiza (nunca mejor dicho) arrancábamos en ORSIERES, y la salida, como se anunció durante la semana, se daba bajo una fina lluvia que ya no nos abandonó hasta la llegada a meta.
Como era de prever, la cabeza de carrera salió como un tiro y, sin darnos cuenta, alcanzábamos el primer punto en alto (Champex Lac, km10). Desde allí una prolongada bajada pistera nos llevaba al km14, donde se rompía definitivamente la prueba con el primer gran ascenso (La Giete), a casi 2.000m. Era una subida sostenida entre zonas de barro, senderos e intensa niebla. La llegada en alto, suponía un respiro para como habíamos salido… La bajada a Trient (casi el ecuador de la prueba, y sumando casi 3 horas en el crono) era una bajada en la que podías pagar caro tu entusiasmo. La entrada al pueblo ya recogía algún que otro abandono por la lluvia, el frío y alguna caída. Cargar baterías, llenar combustible y gasssss a la burraaaaa…
Llegaba la prueba de fuego: el ascenso a “La Catonge”, el punto más alto de la prueba, situado a 2065
metros de altitud. Fue divertido, apasionante y entretenido. Toda la subida, acompañado por la mismísima Rory Bosio, mostramos la mejor de nuestras versiones (la más guapa, quiero decir)… No obstante, todo se fue al traste cuando, en la despoblada cumbre, con un fuerte viento, con una lluvia vertical, horizontal, transversal … ¿? … tuvimos que parar a ponernos el chubasquero. Rory, que iba en tirantes, siguió sin detenerse y lanzó nuestra hombría e ímpetu, colina abajo…
En la bajada a Vallorcine, sin pensar en lo que aún nos quedaba por delante, decidí darle cera a las voladoras Hoka Tracer (con truco) que nos había regalado Yeray Duran… ¡Sencillamente espectaculares! ‘Resoladas’ por VIBRAM megaGrip, el juego con el barro era como un juego de niños…
Llegamos abajo en algo más de 4 horas y diluviaba como si no lo hubiera hecho ya durante toda la mañana. Entramos en la carpa, no éramos muchos, tampoco tardamos mucho en reponer fuerzas comiendo algo, y aún tardamos menos en salir de allí para afrontar los últimos 800 metros de desnivel hasta la Flegere.
Este año el circuito había sido modificado ya que habían alargado la distancia (casi 2km) para hacer un ascenso “menos agresivo” y, de esta forma, llevarnos a Argentiere y subir los primeros 300 metros desde allí. Las fuerzas empezaban a flaquear y, a golpe de bastón, pudimos llegar al primer replano y afrontar los últimos 500 metros hasta la Flegere con cierta alegría. Desde allí, ENJOY!
Quedaban 8km hasta meta y, cargando el cartucho que había guardado hábilmente tras conocer el final del circuito 1 semana antes, (un miembro de BajaKalaña que se precie, siempre debe guardar un azote final en carrera), dimos lo que nos quedaba hasta abajo.
Pista inicial y vertical para, en poco menos de 1km, adentrarte en un frondoso bosque que zigzagueaba espectacularmente por senderos y piedras hasta prácticamente la entrada a Chamonix…
En poco más de 30’ entrábamos en la línea de meta “más a gusto que en brazos”, cerrando una jornada de trail más que divertida y entretenida.
Nano López
Activador Emocional
Formador de Habilidades Sociales
y Deportista de Carreras por Montaña