La Mitja del Castell 2018.
Y ya van 5 ediciones consecutivas, desde aquel octubre de 2014 en el que preparábamos el Half Ironman de Ibiza ….

La carrera de, para, por y con los amigos ,,,

Pase lo que pase, esta prueba se está convirtiendo en una carrera fija en nuestro calendario año sí, año también.
Este año, celebraba su 5ª edición (#MitjadelCastellV) lo cual puede ser considerado un «challengeaproved» por los organizadores de la misma, ya que 5 años de crecimiento indiscutible, no es moco de pavo, y menos teniendo en cuenta la efervescencia de hoy día en el mundo de los directores, permisos, sponsors y demás ‘necesidades’ que se precisan para realizar una competición así en un Parque Natural como es el Parc Natural de la Serra de Collserola.

Tras participar y rendir a muy buen nivel en la Ultra Sanabria by Stages , en la que finalicé 3º, decidimos participar dos semanas después en la ineludible prueba que el club CorreCATagafo realiza con mucha dedicación y amor hacia este deporte.

La salida, no excesivamente temprana (las 9:00 a.m.) permitía apurar esos agradables minutos mañaneros de sábana y arremolinamiento..
Junto a Irene, (este año sí) decidimos ir con tiempo suficiente para evitar prisas incómodas, y de esta manera, calentar de forma correcta tras recoger el dorsal en Can Colomé
*Personalmente, una zona que permite aparcar bien y donde se puede realizar una salida amplia y extendida del pelotón, pero que nos agrada poco, por la falta de belleza (es junto a la carretera) y porque el final de la competición es en otro sitio …

Como era de preveer, entre antoñicos, motivados, excursionistas de la ilusión y potenciales ganadores de la prueba, salimos a un ritmo «asfaltero» que exigía tener un buen pulmón de saque.

Nada más salir, una recta de asfalto que te metía tras 250 metros en la carretera de subida al pueblo de El Papiol (desconozco los metros que son, ya que como ya he dicho en otras crónicas de carrera, nunca llevo reloj) ,,, pero está claro que corto, no se hacía.
Quizá, la parte menos atractiva del circuito, ya que es el tramo en el que más asfalto pisas.

Salvando las distancias, me recuerda al momento en el que la UltraPirineu, te lleva a Bellver en el km 41, y tras avituallarte, te saca del polideportivo por aquella larga calle de asfalto dirección «al monte» tras 12 km’s de hacer el indio entre huertos y pistas sin sentido.

Llegabas al castillo del Papiol con el hígado ofrecido, para desde ahí, hacer un ‘pequeño descanso por la calle central, la cuál te llevaba al bosque (por fin!!) y de esta manera, respirar trail 🙂

Los primeros quilómetros, iban poniendo nombre y apellidos a los que lucharían por el triunfo final.
Un primer grupo de 3 corredores, donde ya estaba Aníbal Fidalgo y Dani Aguirre, y justo detrás, un segundo grupo de 4 corredores en los que yo mismo encabezaba la marcha a un ritmo muy cómodo.

Estábamos a punto de llegar al ‘lugar del crimen’,,,
El transcurrir por un bonito ‘corriol’, nos sacaba a la pista que pasa bajo la Ermita de la Salut,,, una pista que te lleva hasta prácticamente el pueblo .. En este punto, se encontraban tres señoritas muy aseñoradas, las cuáles te animaban, animosamente a grito de:
«vengaaaa vaaa, muy bien… vamos, toooodo para abajoooo» ,,, ¿pues qué ibamos a hacer?… Todo para abajo, ¿no? … 🙁

Km 4 de la carrera, y nos habíamos perdido en un giro de 180º hacia un corriol de derechas, en el que no había nadie y la cinta no se veía si bajabas algo acelerado … Punto, unos 200 metros después en el que se encontraban estas voluntarias (no hubiese costado nada ponerse allí, para indicarlo),,, y no nos perdimos un poco, si no, ¡UN MUCHO!.
Según los otros 3 compañeros del grupito, habíamos tirado para abajo como locos 1 km 200m … ¿Cómo nos dimos cuenta?,,, pues cuando el grupo formado por los de EGOÍSMO POSITIVO nos ‘topó’ de frente a grito de «¿PERO QUÉ HACÉIS AQUÍ?» ….

Hay dos cosas que me fastidian muchísimo en carrera. Una es perderme absurdamente, y la otra, que un corredor no te deje pasar cuando ve que llevas un ritmo mayor al suyo ,,, y en esta jornada, me pasarían ambas dos …. Jajajaja!

Tras el desastre, dos corredores que formaban este mini grupo, desistieron reemprender la marcha a ritmos altos, para tomárselo con más calma.
Otro corredor y yo, decidimos ya puesto que estábamos allí, poner la 6ª, y enchufarnos cuesta arriba hasta encontrar el punto en el que nos habíamos perdido.
Obviamente, la gran marabunta ya había pasado por ahí, y tocaba hacer la parte mas estrecha adelantando como buenamente podíamos a otros ‘trailrunners’, ¡una locura en el km 4, quedando una media maratón por delante!.

El km 8 era el primero de los dos Puigmadrona de la jornada (el punto mas alto de la prueba). Allí, se encontraba un conocido que me dijo «venga Nano, vas el 53…» -_- … Tras haber adelantado a media población de Shangai en los 2 km’s previos, ¿todavía estaba ahí?.
Era una absurdez pensar que volvería a atrapar a la cabeza de carrera, mas bien una irrealidad, y aún si cabe querer coger a los 10 primeros se antojaba bastante improbable, ya que el ritmo tendría que ser de locos durante 2 horas … pero, como dijimos en Sanabria ¿a qué hemos venido aquí, a jugar?,,, ¡Pues juguemos hasta que reventemos!.

Bajando de este punto en alto, para desgrimpar hasta la Salut, topé con un corredor el cuál el queridísimo y enorme José Mota llamaría «tonto no pa un rato, no,,, ¡pa siempre!».

Le pido antes de entrar al corriol empinado que te conduce a la Salut, si me deja pasar … (Silencio).
Le insisto dos veces mas (silencio),,,
Finalmente, le adelanto saltando un pequeño arbusto, pensando que quizá llevaba auriculares y no me escuchaba … Cuál es mi sorpresa, que me grita sin corte alguno «muy bien chaval, bravo, en el peor sitio … adelantando aquí ,,, corre tonto, que vas a ganar» ,,,
-¿Me paro y le digo cuatro cosas al susodicho?,,, no, ¿verdad?,, ¡Para qué!.

Como ya dije antes, no hay cosa que mas coraje me de, que perderme y/o encontrarme a ‘Tolais’ en carrera, que ni ríen, ni animan, ni dicen nada, y además, pretenden no se bien bien el qué con estas actitudes, viendo que alguien por detrás, va unas marchas más rápido que ellos,,,

Seguí avanzando y avanzando hasta encontrarme a mi querida Irene (que iba 2ª), la cuál sin mediarle palabra ni explicación alguna, exclamó de forma expontánea ¿ya te has perdido, no? .. Jajajaja … Sí, tengo tendencias de perdición compulsiva, sip … 🙁

En el ecuador de la prueba, estaba mi cuñado avituallando. Le expliqué lo sucedido mientras reponía el bidón de Tailwind para seguir junto a Silvia Leal (a la postre, la vencedora de la prueba en categoría Femenina).
Era uno de los ‘tirantes positivos’ los que venían a continuación, el cual permitía aflojar ritmo para «montañear» un poco más (me gusta).

Se acercaba el momento de realizar el segundo Puigmadrona, me encontraba bien y de perdidos al río, apretamos los dientes y al tran tran fuimos adelantando a otros tantos hasta coronar la fita.

«¡Joder Nano, vas 14º, que remontada!» – la misma persona de antes, me tenía controlado y me ofrecía el único reto al que podría desafiar en la jornada de la Mitja del Castell. ¿Podría llegar al top10 en los 4 kilómetros de bajada que te conducían al Castillo de Papiol?

Volvías a llegar a la Ermita de la Salut (último avituallamiento) y como un loco zumbando hacia abajo, me topo con el siguiente corredor.
Me quedaban 3 participantes por delante, para llegar a ese AutoReto que nos habíamos instalado en la cabeza de forma gratuita.

*He de decir que no he sido nunca un obseso con las clasificaciones, ni con los tiempos. Como ya he dicho, corro sin reloj, por lo que nunca he seguido eso de Strava, ni similares, pero obviamente, es una carrera, y te gusta estar lo más arriba posible, ¿no?) XD …)

Estábamos a punto de llegar a la última parte.
La mítica zona de «Les Escletxes», y veo que dos corredores, están a punto de adentrarse juntos.
Las fuerzas ya no van sobradas, y me cuesta alcanzarlos. Hacemos esta parte los tres, para justo nada mas salir de allí, gastar el último turbo que nos quedaba, y despegarme de ellos con la esperanza de ver algún otro corredor en la entrada al pueblo.

Nada mas encarar la recta de bajada por la calle central, veo a otro chico … ¡Agggghhh! está muy lejos, no llego ni en avión ,,,
Decido dejarme ir, y disfrutar del excelente ambiente de entrada en recta final, del público, de la gente que hace que esta prueba sea especial y muy querida.

Quedándome con la prueba de superación personal y psicológica a la cual me enfrenté, y que por encima de rendirme, me ofreció la idea de dar todo durante dos horas, para ver cómo respondía el cuerpo,, ¡y respondió muy bien, además viniendo de donde veníamos!.

Cerrábamos el crono entorno a las 2h y media finales, pensando qué podría haber ocurrido, si no me hubiese perdido tanto rato, pero eso si, sabiendo que este deporte, siempre te permite dar lo máximo y disfrutar con ello.

Muchas Gracias Pedro, Tato y compañía por la amistad y vuestra confianza año tras año.

Nano López
Activador Emocional
Formador de Habilidades Sociales
y Deportista de Carreras por Montaña

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