MARATÓN TRAIL CAP DE CREUS

El Maratò del Cap de Creus, iba a ser una de las pocas pruebas que, en este 2020, iban a poder celebrarse por culpa de la Pandemia mundial del Covid-19.

Su fecha habitual, en el mes de abril, iba a trasladarse a finales del mes de Septiembre, confiados en que la situación podría estar más o menos controlada.
Bajo unas medidas extraordinarias, los «klassmarkianos» iban a brindarnos la oportunidad de disfrutar del Cap de Creus, un lugar espectacular para disfrutar de este deporte. Eso sí, mascarilla, gel hidroalcohólico y medición de temperatura antes de entrar a recoger tu dorsal.

La salida, a las 8:00 en punto, con la mascarilla obligatoria y en «tandas» de aproximadamente 50 corredores. Por delante, listos para emprender un recorrido, que como no podía ser de otra manera en un año marcado por las incidencias y las restricciones, se vería recortado en su parte más alta, a consecuencia de un fuerte viento de tramontana, que hacía peligrar la salud de todos nosotros a su paso por el punto en alto de Sant Pere de Rodes, junto al monestir.

Eran unos 40 kilómetros por delante, que como era previsible, se iniciaban muy lanzados y locos desde el bocinazo de salida.
Mucho «asfaltero» con ganas de colocarse un dorsal, iban a catapultarnos en poco mas de 1 hora, hasta Port de la Selva, primer avituallamiento. No obstante, la guerra en la que habíamos sacado ticket era otra:
Con meses de poco entrenamiento y con unas molestias que arrastraba desde el mes de Junio en el abductor/abdomen, el objetivo no era otro que acabar con la mejor de las sensaciones para ir a Ultra Sanabria 3 semanas después. Realmente, venir al Cap de Creus era el premio tras meses sin poder competir y realmente, daba igual el estado de forma, era momento de alimentar el estado anímico.

En Port de la Selva me esperaba Inni, para el primer avituallamiento. Calma, mucha calma y buenas sensaciones hasta aquí. Carga de Tailwind, y listos para emprender un tramo en el que la gente suele excederse y mucho…
Port de la Selva — Cadaqués. Unos 15 km’s pasando por Puig Bufadors (y vaya si bufaba) y un descenso alegre y divertido, que hacen castigar y mucho las piernas, para dejarte sin alma en los 15 km’s finales.

En este tramo, el mas norteño del cap de creus, nos empujaba la racha de viento a nuestras espaldas, mientras vislumbrábamos unas inquietantes cortinas de agua en medio del mar, que amenazaban con venirnos a ver más tarde, tierra adentro … Tocaba huir de esa zona escarpada, para llegar cuanto antes a la parte más resguardada (y seguramente más bonita) de este cabo. Durante toda esta parte, un corredor veterano que disputaba por primera vez la prueba, fue entreteniéndome hasta el siguiente punto líquido.

Desde Puig Bufadors, arrancaba un tramo cronometrado que la prueba ofrecía al corredor más aventurado.

Klassmark, en alianza con el grupo OpenTrailRaces, ofrece un premio al corredor más rápido descendiendo a la playa de Cadaqués. Para ello, la asociación con la empresa de renting Quadis rent a Car te ofrece un fin de semana con uno de los vehículos de dicha empresa.
Es en este tramo, donde se empiezan a ver algunos «walkingdeaths», también es donde much@s se vienen arriba, confiados en que el ritmo que traen ya en este km 20-25 es bueno y constante, pero claro, con la mayor parte del trazado hecho, no deben conocer la parte más «tobogonera» de la prueba. La que va de Cadaqués a meta …

Saliendo de esta bonita población costera, encaramos un tramo ascendente e interior, que nos conduciría al enlazado de calas finales. Aquí, el cansancio comienza a hacer algo de mella y las piernas comienzan a estar algo más rígidas en cada zancada.

Aproximadamente, unos 10 km’s hasta meta desde que abandonamos el interior, que dependiendo de la medición de esfuerzos, te parecerán 30 !! …
Un contínuo «sube y baja» a playas y calas, subiendo pequeños y estrechos senderos que serpentean una de las zonas más bonitas de la costa del Cap de Creus.
Cala Joncols, Cala la Pelosa, cala Montjoi ,,, sitios de deleite y postureo veraniego, son testigos ahora del desgaste que suman los que por allí pasamos con más de 3 horas en las piernas.
Otros años, en este último tramo, ganamos posiciones y recogemos a los últimos «valientes» que km’s atrás se habían lanzado en una arriesgada apuesta.
Este año, la guerra como decía es otra, por lo que como mucho doy alcance a 2 corredores y a la 1ª chica (Angels Llobera) que ¡mira que le avisé!, pero ella salió como un cohete dispuesta a todo ..
La ascensión a Pla de les Gates, se hace larga, muy larga. Son unos 300 metros de desnivel +, pero que con tramos en los que se divisa a algunos corredores en lo alto de este último punto, pueden resultar ciertamente destructivos.
Desde el Pla de les Gates, el descenso a Roses es a través de una pequeña senda llena de piedras, y con lo poco que te quede, te has de servir para hacer una buena propiocepción en cada zancada, si no quieres irte al suelo o perder los minutos bien gestionados terreno atrás.

Los últimos 2 km’s, planos, junto a una riera son eternos. La meta se oye al final, presientes el final de esta dura maratón que cada año nos deja machacados, pero que nada más terminar deseas volver un año mas tarde.

Crono de 4 horas 12 para la 5ª vez que estamos aquí, disfrutando de este paraje natural llamado El Cap de Creus.

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