BCN TRAIL RACES 2022

Vuelve la Bcn Trail Races, un año más, la prueba de la capital catalana nos reúne a los «ya habituales» y otros nuevo llegados, para disputar su trazado en el pulmón de la ciudad.
La ultra de casa, la de Barcelona, la primera,,, con la que tras 30 años de «mundo futbolístico» empecé a practicar este deporte, llamado TrailRun …

No es especialmente una carrera que reúna un gran elenco de corredores, ni tampoco es la carrera más salvaje, alpina o dura,,,, seguramente sea la Ultra menos Ultra que he hecho de todas las que he podido correr: Por el desnivel, por lo «corrible» de su trazado, por la proximidad con la capital catalana (está metida dentro de propia urbe) podríamos decir que es casi una doble maratón de montaña, más que un UltraTrail.

Con salida y llegada al Velódrom d’Horta (Barcelona), se convierte en una prueba circular de 77 km’s, donde reinan las zonas pisteras, algún que otro precioso sendero de la «serralada del Parc de Collserola», y algún trozo perfectamente evitable o substituible (por su nula belleza, o paso sucio), confieren a la prueba de la ciudad condal, como una de las Ultras más rápidas del panorama nacional, llegándose a realizar en alguna ocasión, como fue este año, en menos de 7 horas.

La salida, a las 7:00 de la mañana:
Mañana fresca, sin llegar tampoco a gélida seguramente debido a proximidad de la encargada de atemperar el clima … La ciudad de Barcelona.
Unos segundos sobre la hora (la organización se escapa a varios aspectos clave, que luego analizaremos), tomamos la salimos tanto los corredores la modalidad individual y por equipos (relevos).

3, 2, 1 … ¡Arriba!

Los primeros km’s hasta el Turó de Sant Cebrià y Santa Maria, son por pista amplia, zigzaguente y ascendentes (sumando unos 250 + aproximadamente), los cuáles te dejan en la pista previa a la carretera de la Rabassada. El aliento se entremezcla con la sangre en los pulmones, que circula a toda velocidad … Se nos exige un inicio rápido para no quedarnos atrapados en una zona incómoda.
A través de esta pista, junto a Marcel Palau (amigo y compañero de fatiga durante unos cuantos km’s) nos dirigimos hacia el parking que hay por encima de la Font Groga (cruce controlado por los Mossos d’esquadra). Allí, se nos suma Boris Valles, habitual corredor de esta prueba y frecuente asiduo en los podiums de la prueba.

Nos encaramos hacia la parte trasera del parque de atracciones, por el cami de Sant Cugat (sendero precioso). Tras llegar al punto que horas más tarde dictará sentencia (será el km 60 aproximadamente), comenzamos a bajar por el Turó del Mussols i d’en Ferrer, para dirigirnos al primer punto de control, relevo y asistencia.

AV1 Santa Maria de Vallvidrera: Llegamos en 42 minutos y 37 segundos (casi 2 minutos más lentos que en la edición 2021).
Algún corredor se ha «tirado» montaña abajo como si del final de la prueba se tratara. Cuesta saber quién es modalidad relevo y quien de tu modalidad, pero nos centramos en ser conservadores en este inicio de carrera, puesto que esto es largo, ya sabemos lo que toca sufrir más tarde y además, venimos con deberes «menos hechos» que otros años.

Entrego mi frontal a Inni, (que hoy estará haciéndome la asistencia), y me devuelve un bidón lleno con Tailwind + 1 gel 226 cola, del que más tarde haríamos uso.
Conmigo, ya llevo algunas gominolas Jubany y una barrita (por si a caso). La suplementación se basará en Tailwind, algo de glucosa y en el km 47, tortilla de patata, sushi y Coca Cola.

Realizo un avituallamiento rápido y suficiente para realizar estos intercambios y emprender ruta hacia el Pantà de Vallvidrera, nuevamente junto a Marcel y Boris, y algún corredor más de la modalidad de relevos.
Decido erigirme como «barómetro» del ritmo de este grupo y tomo la delantera.


La cabeza de carrera este año, va un «puntito» más rápido que en la edición anterior y nosotros, vamos «algo más lentos»… (De hecho, diría que cada año se corre más rápido y algunos somos cada año más viejos..) En el punto de paso del AV1, recuerdo que pasé como. tercer clasificado y este año estoy entre los 8 primeros corredores.
Por delante nuestro, los ya presumiblemente favoritos, como Alejandro Villarino, Carles Sanchez, Miguel Ángel Regalado y algún otro corredor, quien finalmente daría la campanada  …
En seguida estamos en el Pantà de Vallvidrera, y por sus habitualmente embarrados senderos, nos vamos encaramando hacia el Turó d’en Merlès, justo antes de cruzar la carretera de Santa Creu, i bajar por la Feixera hacia Santa Creu d’Olorda, el siguiente avituallamiento. (AV2).

Me encuentro bien, soy prudente (recordando que en este punto, el año pasado me excedí un poco, y lo pagué horas más tarde…).
Junto a Marcel i Boris, vamos a un ritmo cómodo durante estos primeros 15 casi 16 km’s, y entre comentarios, intenciones y alguna que otra pequeña broma, oímos el ambiente de Santa Creu y algunos «animadores» o amigos que se encuentran por la zona. Los metros finales antes del avituallamiento, se hacen en modo caco, por una pequeña rampa «escalonada» de unos 30 metros de desnivel aproximadamente. Junto a mi, alguna corredora de la modalidad relevos (Gisela Carrión).

Llegamos a Santa Creu d’Olorda (AV2) en cuestión de 1 hora y 27 minutos (3 minutos más, que el año anterior).

Cargamos el bidón (aquí no tenemos a Inni), dispenso una nueva dosis de Tailwind Nutrition (CARBOHIDRATOS, MAGNESIO Y SALES SOLUBLES)  y nos lanzamos montaña abajo hacia Valldoreix. Viene un tramo sensiblemente complicado (no por su tecnicidad), ya que es fácil embalarse al ser zonas de corriol estrecho, pino y sombra (cara norte).
Pasando por Can Calopa, (zona que me gusta mucho y me trae buenos recuerdos de cuando vivía en Sant Cugat y solía pasar por allí en bici, o corriendo en rutas bastante frecuentadas, durante los 10 años que viví en esta ciudad).

No lo iba a saber hasta rato después, pero este tramo sería el último que haría en compañía de estos 2 cracks (Marcel i Boris), ya que este segundo decidiría lanzar aquí su ataque a la cabeza de carrera, mientras que Marcel, comenzaría a dar muestras de fatiga … Yo, me mantengo unos metros delante de él, sin aflojar ni tampoco acelerar el ritmo… Van abriéndose distancias, pero hay que pensar que el siguiente avituallamiento no lo tendremos hasta El Papiol (km 32,6), por lo que hay que dosificar en bajadas y pensar en hidratarse y comer bien.

Llegamos al paso de Valldoreix (Pabellón) donde Inni, que se acaba de apretar un bocata tortilla y un café, se acerca para desearme ánimos, verme y darme un besito, (claro está). Me esperará en Papiol para hacerme la asistencia y darme los bastones, tal como habíamos planificado en nuestro RoadBook 🙂 …

Desde el EMD VAlldoreix, empezamos lo que para mi es el tramo más psicológicamente delicado de la carrera… Viene lo que podríamos denominar «Zona de transición». Pasando por Can Montmany (preciosa Masía de esta población), atravesamos algunas zonas de pista, y nos adentrarnos en territorio Mitja del Castell (prueba súper consolidada en el calendario de carreras catalanas, de cada temporada de otoño).
Es en este punto en el que echando la mirada atrás, ya no veo a Marcel. Hace rato que aflojó el ritmo debido a un proceso vírico (Covid) sufrido semanas antes … Poco después me enteraría que se retiraría en El Papiol, por molestias físicas en una pierna.

Comienzo pues, mi andadura en solitario en la Bcn Trail Races.
Tras la Masia Can Montmany, viene como digo un territorio de transición de pequeñas subidas y bajadas, pequeños llanos, antes de hacer frente a la ascensión al Puigmadrona. Torreta de vigilancia y un punto en alto de la prueba. Su corriol es de «manos en muslos» y empuje hacia su torreta. Allí, me espera Pedro Yerro (creador de la MitjaCastell y director de la escuela de Trail de Barcelona), que junto a su perro Rocky, nos acompañará en el descenso hacia el pueblo de Papiol.

En plena bajada, una sorpresa. Uno de los corriols/senderos más bonitos de la prueba, lo han eliminado y nos hacen bajar por la pista …. Más tarde nos dicen que quien la ha marcado, se ha confundido, que sí que era por ahí, pero lo ha sacado a la pista por error … (MAREEEE QUE EL VA MATRICULAAAAR)…
Un sendero zigzagueante, precioso, propio de una gran carrera y no está … Bueno, no pasa nada, tiramos por la pista a buen ritmo sin mas lamentaciones.
Es la primera vez que miro el reloj en toda la mañana, mis cálculos estiman que a Papiol «tengo» que llegar en 3 horas (y si puede ser en sub 3, pues genial).

Av 3. El Papiol.
Llego en 3 horas y 1 minuto clavado ,,, no está mal, pero llevo 6 minutos de desventaja, respecto lo estimado en mis cálculos más ambiciosos, para pelear por algo.
La parte buena, es que me espera Inni con un poco de Coca Cola, otro bidón de Tailwind, otro gel de Cola y LOS BASTONES, que tan y tan bien me van a ir hoy.

Invierto poco mas de otro minuto para este proceso de útiles y parto, rumbo de «regreso» (por así decirlo), ya que hemos dado como giro al parque natural y nos disponemos a ir hacia los primeros puntos de avituallamiento.
Para ello, pasaremos por el Turó de la Pineda hacia La Rierada por la que sin duda, consideramos es la zona más solitaria, aislada y diremos «poco atractiva» de la Ultra Bcn Trail Races, (por no decir otra cosa).
Zonas de pista infinita, un espantoso cañizal y pasos angostos, estrechos y de «bajar el lomo» (bastante sucios además), alguna pequeña barriada de montaña, huertos y justo antes del avituallamiento, pasar de nuevo por la carretera de Santa Creu, dejando a un lado el pueblo de Sant Bartomeu de la Cuadra.

Es justo en este punto (antes de llegar al cruce la carretera) que comienzo a notar alguna molestia en la cadera/isquio derecho, la cuál nos comienza a dar por saco e impedir (sobretodo en descensos) hacer una zancada algo cómoda y amplia (MEEEGDAAA…) …
Maldita sea mi suerte, que siempre en este tramo de carrera sufro algún problema, ya sea de glucosa, alimentación, malestar, bajón o problemas físicos. ¡Lo tengo maldito!

Del km 40 al 47, sufro algo más de la cuenta en zonas de descenso (la molestia comienza a ir a más), pero me ayudo de palos en los tramos de subida, lo cuál ayuda y mucho. Es la parte de «los huertos» (próxima a Molins de Rei) que se me atraviesa y de qué manera, ya que voy metiendo minutos a la mochila, que luego pesarán a la hora de intentar desprenderme de ellos …

Estamos a punto de finalizar este tramo, justo antes de entrar en lo que llamaremos «PISTA DE LA CEMENTERA», ya que transitamos con viento de cara, bajo la antigua estructura de hierro oxidado, tuberías de vaciado y circulación de cemento.
Tras ello, llegamos al AV4. Santa Creu d’Olorda (de nuevo).  Llego en 4 horas 31 minutos, (casi 7 minutos de más sobre el 2021).

En este AV, he acordado con Inni que si todo iba sobre lo pensado, me avituallaría con sólido. (En mi caso, me va muy bien la tortilla de patata, el sushi, la cocacola y el Vichy).
Me tomo un par o 3 de minutos para ingerir parte de ello, ya que hay que mirar de reponer fuerzas y comer, porque vienen km’s de mucho desgaste (mental y también físico).
Le pido a Inni algo clave. Que me consiga un antiinflamatorio, ya que las molestias tienen pinta de ir a más y no querría tener que retirarme por ello.

Salgo de allí con su ánimo y dispuesto a encarar los km’s hasta el siguiente punto de control. Santa Maria de Vallvidrera, 9 km’s mas tarde.
«Recuerda conseguirme algún antiinflamatorio porfa, que el abductor y tendón del cuádriceps empieza a molestarme bastante…» (le grito)

Desde Santa Creu, (km 47) encaramos un tramo clave: Descendemos aquellos escalones que subíamos en el km 15, y nos dirigimos por la pista hacia el Torrent d’en Serra, para encaramarnos poco después hasta la Torre del Bisbe. Esta parte es bonita, ya que discurre por un precioso sendero con vistas a Barcelona, hasta llegar al Turó de la Cuscullera.

Es en este tramo en el que veo que necesito si o si tomarme un antiinflamatorio si quiero poder acabar la carrera. En las bajadas, me tira mucho en la parte alta del tendón del cuádriceps, irradiando hacia la cadera e isquion derecho. No puedo hacer zancada cómoda y me limito a no agravar la situación (no caerme, no resbalar o dar un paso en falso que me sentencien).

Llego al punto de Can Cuiàs, con la carretera de Santa Creu acompañándonos en el trasiego de este bonito ‘corriol’. Una vez nos enfilamos al mirador del Cerro de las Cortes, cruzamos esta carretera (regulada por mossos) para adentrarnos en el corazón de Vallvidrera, lo cuál significa asfalto, hormigón y ladrillo, durante los próximos 10 minutos.
Esto es justo antes de bajar hacia el Pantà y estación de Santa Maria de Vallvidrera, punto de avituallamiento número 5, dónde nos estará esperando Inni para ver si renovamos esfuerzos y encaramos la parte final, con algo de «puntx».

Voy sólo, (sin contar una par de corredores de la modalidad Relevos que acaban de avanzarme), y el ambiente tampoco ayuda. No se caracteriza una carrera por su ambiente ni en el pre, ni en el durante ni al finalizar la carrera. Tampoco en sus puntos de avituallamiento, por lo que se muestra algo desangelada en este aspecto.
Esa parte final (por el acueducto) hacia Santa Maria, es húmeda, verde y algo fresca .. Con ciertas fuerzas en el límite, llegamos a su parte final.

Aparecemos en el AV5  km 56,3 con esa molestia de forma aguda, agotamiento moderado, pero con ganas de seguir.
Llego con un tiempo de 5 horas y 35 minutos, (casi 10 minutos más que en la edición anterior!!!. He perdido bastante tiempo por estas molestias)..

 



-«Has conseguido algún ant.inf. Inni?»
-«Siiii, aquí lo tengo,, madre mía lo que me ha costado!!»
-«Ufff,,, menos mal … ficho entrada y vengo, vale?»

Tiempo dedicado a pasar el punto de control, saludar algunos amigos que allí se encuentran y cambiar bidón con Tailwind. Como un poco de fruta, bebo algo de Vichy y me tomo ese antiinflamatorio para ver si rápidamente pudiera hacerme efecto y poder seguir con garantías de correr lo que queda, que no es poco.

-«Gracias cariño, te veo luego»!
-«Bajo a Sant Cugat, a ver si te puedo encontrar por algún corriol»…

Por suerte, ahora viene una importante subida de otros 250 metros, para llevarnos de nuevo al Turó de Miralluna y cruzar la Rabassada por Can Ribes y así ahorraremos esfuerzos y molestias de un descenso demasiado inmediato.
Esta subida, es pistera, y con los palos me voy recuperando poco a poco, para alcanzar un paso alegre, no obstante soy cazado por otro corredor de mi modalidad. En seguida nos encontraremos en la parte trasera del Tibidabo, para en su paso por la casa mítica de Ca’l Joan, y tras la fuente de su camino tradicional, dirigirnos a la rabassada (último paso de asfalto, controlado por mossos), éste se lanza corriol abajo para dejarme atrás (aún no estoy recuperado del todo).

Quizá, el que viene, sea el tramo mas largo de descenso de toda la mañana, el más conocido por mi (es la zona que más transitaba cuando vivía en Sant Cugat) y el que más disfrutaba en mis entrenos rápidos y explosivos, cuando vivía por esta zona. A ver como me encuentro, ¡tengo ganas y la sensación de que voy recuperando la zancada!.

Tras una breve pausa para colocarnos bien los bastones (en el puente romano tras Can Ribes), comienzo a notar esa mejoría notable, y empiezo el descenso con bastante brillo … Yiiiihaaaa,,,, Además, coincido con una vieja amiga (no por la edad, si no por el tiempo que hacía que no nos veíamos). Es Carol Guillén, que está en la modalidad de relevos.

-«Naneeeet, venga vamoooos tioooo»
-«Carol, que bueno que vinisteeee…» jeje

Empiezo poco a poco a recuperar esas buenas sensaciones y hago seguramente el mejor descenso (en este tramo) de todas las Ultras Bcn realizadas. Dejo a Carol atrás y atrapo al corredor que un par de km’s antes me había pasado (empieza él a pagar los esfuerzos). No pierdo el paso y me lanzo sin freno hacia Can Borrel (masía Sant Cugat).
Inni me encuentra por sorpresa justo antes del Pi d’en Xandri, y con una de sus grabaciones estrella (madre mía) me da los últimos ánimos hasta llegar a meta.
Desde aquí se irá al Velòdrom, por lo que me quedarán 10 km’s finales que no debo perder pistón, si quiero recuperar minutos perdidos ..

Justo nada más salir De la Torre Negra, entrando hacia a la pista del Pi d’en Xandri, me encuentro a un corredor que está sufriendo algunas molestias. Es Miguel Ángel, que disputaba en la cabeza de. carrera los primeros puestos durante gran parte del recorrido …
Junto a él, subimos la pista de este «coloso» emblema Sant Cugatenc, y nos dirigimos hacia el bosque que nos irá «serpenteando y toboganeando» hasta el punto de control y último avituallamiento, el área de Can Coll.

Poco antes de adentrarnos en este precioso bosque, le dejo en el primer pequeño corriol de bajada (yo ahora me encuentro recuperado de las molestias, y parece que quien sufre algo parecido es este compañero, por lo que a duras penas va aguantando en bajadas).

Aparezco en Can Coll (AV6), con un tiempo de 7 horas y 7 minutos (7 minutos más lento que en 2021, pese a haber recuperado 3 minutos y medio desde el anterior avituallamiento).

Tras beber un poco de Cola y recibir los ánimos (me dicen que tengo a un corredor 4 minutos por delante, que iba bastante cansado…) emprendo últimos 6 km’s a meta, con energías renovadas. Los que van por delante, (el pódium) ya han pasado 10 – 15 minutos antes (el tiempo perdido por esas molestias,,, arrrrgggggg).

Salgo de allí, despliego bastones y me dispongo a darlo todo en este precioso corriol de ascenso hasta la pista que precede a la carretera d’horta – Cerdanyola. Hasta el punto de llegar al Forat del Vent, transitamos por una pista interminable que el año pasado recuerdo se me atravesó de lo lindo.
Este año, tras recuperarnos de estas molestias, me encuentro bastante bien y puedo semi trotar en todos estos ascensos, por lo que sigo recortando algo de tiempo perdido.

Llegamos a la parte final, el corriol de descenso a meta, que es muy divertido siempre y cuando tengas piernas. Allí, me encuentro varios corredores y corredoras de la modalidad relevos, por lo que como he dicho en alguna que otra crónica, me animo a mi mismo al encontrarme corredores de otra modalidad y sobretodo, pasarlos como una flecha jejeje…

Finalmente, entro en meta con un tiempo de 7 horas 44 minutos y 27 segundos,  (3 minutos 50 segundos más que en la edición 2021), en 5ª posición.

Una nueva edición de la Bcn Trail Races, que en sus 77 km’s y 6.000 metros de desnivel acumulado, aglutina más de 1.000 corredores entre las dos modalidades de individual y relevos, y que suma ya suficientes ediciones para ser considerada una clásica de las Ultras de nuestro país.

Este año además, estrenaba categoría (Veteranos) jaja,, por lo que me topé con esta sorpresa al final de la jornada.

 

Nano López
Activador Emocional
Formador de Habilidades Sociales
y Deportista de Carreras por Montaña

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